La herencia para 2016: deudas por US$ 25.000 millones
Por secretosaldesnudo
  
Lunes, 06/04/2015
Desde las instancias más altas del poder se ha dicho muchísimas veces que el problema de la deuda externa estaba solucionado. Pero Cristina Kirchner termina su segundo mandato sin haber podido solucionar el conflicto con los holdouts y con vencimientos en 2016 que podrían ascender a 25.000 millones de dólares, que deberá afrontar el próximo gobierno.

Determinar cuántos dólares se necesitarán el año próximo para cancelar los pagos de deuda es una cuenta complicada de resolver con precisión, porque los vencimientos cambian. La actual administración se financia a corto plazo y consigue dólares caros, que habrá que devolver pronto. O cobra divisas por anticipado, lo cual significa que no se cobrarán en el futuro.

Los especialistas consultados por LA NACION no ven una situación fácil. Por lo pronto, pocos días después de asumir, el nuevo presidente se encontrará con que se vence el papel que Néstor Kirchner le dio al Banco Central cuando en 2005 se llevó 10.000 millones de dólares para pagarle toda la deuda por anticipado y sin quita al Fondo Monetario, como reclamaba el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush. El Tesoro deberá pagar al Banco Central esa suma más los intereses acumulados en el período. Se da por hecho que habrá una "refinanciación".

De acuerdo con los relevamientos privados, el próximo gobierno deberá conseguir US$ 25.000 millones para cancelar pagos o un monto equivalente en refinanciaciones. Y además, hay que atender el déficit energético, que en el Banco Central suponen en 10.000 millones de dólares por año.

Por ejemplo, Javier Milei calcula vencimientos por 11.085 millones de dólares netos, es decir, descontados los cobros por parte del país.

Pero todo depende de qué pase con la deuda en litigio con los holdouts.

Jorge Todesca, ex viceministro de Economía y presidente de la consultora Finsoport, señala: "Los pagos en dólares en concepto de deuda en condiciones regulares no son significativos. [Pero] la cuestión que abre un interrogante importante es cuánto serán los pagos a los holdouts que han ganado el juicio en Nueva York, a los que se están agregando a la lista bajo el mecanismo de me too (iguales condiciones) y a los que por ahora están en una situación de expectativa. Las cifras que recientemente se han difundido como el monto ampliado del fallo Griesa llegan a los US$ 7100 millones, y los cálculos del Gobierno estiman un potencial monto final de reclamos de US$ 20.000 millones".

Nadin Argañaraz, presidente del Iaraf, por su parte, destaca que "durante 2016 vence un total de US$ 25.015 millones, correspondientes a la deuda del sector público nacional no financiero".

Este monto se compone por US$ 17.338 millones de vencimientos de amortización y US$ 7677 millones de intereses. A su vez, US$ 18.358 millones son vencimientos en moneda extranjera, mientras que US$ 6658 millones corresponden a vencimientos nominados en pesos.

REFINANCIACIÓN
Normalmente, cuando hay acceso a los mercados y una buena situación fiscal, los vencimientos de capital se refinancian y los de intereses se pagan con el superávit fiscal primario. Pero ésa no es la situación de la Argentina hoy. ¿Cómo será el año próximo?

Daniel Marx, ex secretario de Finanzas y presidente de Quantum Finanzas, supone una devaluación durante 2015 del orden del 35% y un índice de ajuste CER para la deuda indexada en pesos del orden del 25%. La cuenta de vencimientos para 2016 le da, otra vez, 25.625 millones de dólares.

Por supuesto, descuenta la refinanciación de la deuda con el BCRA y los más de 2000 millones con organismos internacionales.

Pero Marx suma las Nobac, que se extinguen este año, porque observa que se renuevan y terminarán impactando en el año próximo. "Vemos eso como financiamiento que termina en el Tesoro, ya que el BCRA le da dinero (pesos o moneda extranjera) que, en parte, absorbe su impacto monetario buscando el financiamiento que el Tesoro no toma directamente", precisa.

Marx calcula que habrá allí algunos pagos de un eventual acuerdo con los holdouts por intereses, ya que, estima, no habría al principio pago de amortizaciones de capital. Es decir, son supuestos más o menos optimistas.

MODELO AGOTADO
Todesca también distingue entre tres clases de deuda, según la posibilidad o no de seguir refinanciándola y aumentándola.

La alternativa de continuar financiándose internamente a través de la colocación de títulos como las Lebac y adelantos del Tesoro la considera "agotada". Pero destaca que "la posibilidad de obtener financiamiento externo en moneda extranjera es amplia, porque el stock total de deuda es reducido en relación con el tamaño de la economía y los vencimientos, muy escalonados a lo largo del tiempo".

Otra cosa es la deuda con los bonistas aún en default, en lo que parecen coincidir todos. "El gran desafío será resolver lo más rápidamente posible la cuestión de los holdouts, y ése, sin duda, será un tema prioritario en la agenda financiera de quien gobierne a partir de diciembre de este año", asegura Todesca.

Parte de lo que está arreglado por el actual gobierno lo pagará el próximo. Argañaraz calcula en 2507 millones el pago del acuerdo con el Club de París y otros 423 millones por el pago a Repsol por la expropiación de YPF.

Sin ningún mecanismo que permita el acceso al mercado voluntario de deuda parece difícil sostener el ritmo de demanda de divisas. La balanza comercial se muestra muy dañada, con caída de las exportaciones como producto de la fuerte baja en los precios internacionales de las commodities.

En cualquier caso, la herencia estará muy lejos de ser la de un país con su deuda arreglada. Más de doce años de gestión no le habrán alcanzado al kirchnerismo y su continuación, el cristinismo, para salir completamente del default con el que comenzaron al llegar a la Casa Rosada, en mayo de 2003.

Por Jorge Oviedo | LA NACION


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