Refiriéndose a la demolición del castillo martinence de la familia Zannol, tema ya abordado en Historias Curiosas, Alberto N. Manfredi (h) reflexiona lo siguiente:
A través de toda Europa se alzan milenarias fortalezas y castillos del medioevo y allí están todavía, protegidos y preservados con inigualado celo, como parte del acervo histórico y cultural de la humanidad.
En la Argentina, en cambio, las edificaciones históricas apenas subsisten unos años ya que siguiendo un extraño e incomprensible patrón de conducta tienden a desaparecer, víctimas del desapego y desinterés característico de gobernantes y pobladores. Con absoluta indiferencia los argentinos han visto caer para siempre parte primordial de su patrimonio sin la más mínima señal de preocupación y remordimiento a excepción de tibias manifestaciones de pesar, ignoradas la mayoría.
El Fuerte de Buenos Aires, sede de los virreyes y las primeras autoridades patrias; la vieja Recova; Palermo de San Benito; San Nicolás de Bari; el edificio original del Cabildo, cruelmente mutilado y varias veces modificado; la Casa de la Virreina Vieja; las residencias de nuestros prohombres, los cuarteles de Santos Lugares, palacios, mansiones y significativos paseos son sólo algunos ejemplos de lo que acabamos de afirmar.
ALBERTO N. MANFREDI (H), El castillo de Martínez, Buenos Aires, Editorial Dunken, 2006, pp. 21-22
Con la gran reducción efectuada años atrás en el radio de nuestro casco histórico y el lamentable estado de abandono de muchas de sus propiedades públicas y privadas, se agudiza un problema que parece no tener solución. Hacemos votos para que gobernantes y propietarios tomen conciencia del inmenso valor histórico y cultural de los edificios locales sobrevivientes, protegiéndolos por ley, reciclándolos y convirtiéndolos en un patrimonio intangible de todos los sanisidrenses.
En la imagen podemos observar el señorial castillo de los Zannol y sus moradores.