Duelos criollos de cuento
Por historiascuriosas
  
Viernes, 21/11/2014
En un cuento clásico correntino encontramos un espectacular duelo criollo en un boliche cercano a los esteros del Iberá. Paí Pajarito o Padre Pajarito -el padre Francisco Ortiz, personaje histórico- es el cura del pueblo correntino de Loreto, ex granadero de San Martín, quien se enfrenta al capataz “el Mellado”, autor de dos muertes en el Brasil.
Durante la lid el cura tiene la sotana arrollada sobre el brazo a manera de poncho, viste su hábito militar -pantalón y botas de granadero-. “El Mellado” -el provocador- tira a matar, pero su adversario lo esquiva y lo atonta dándole con el plano del cuchillo en el rostro y en el cuerpo, sin herirlo, como si jugara con él. Hasta que al fin, Paí Pajarito pone término al duelo cuando da un hachazo recio y certero en la mano del matón. Ésta quedó colgando, casi separada del brazo, por un tajo feroz que seccionó músculos y tendones. El gaucho malo le pide -rugiendo- al sacerdote que lo mate antes que dejarlo inútil. El cura le explica que la vida es de Dios y sólo Él puede quitarla.
Paí Pajarito no ha rehuido su condición de hombre, no ha huido cobardemente, y hace pagar sus insultos al “Mellado”, pero humillándolo sin matarlo, lo que no correspondería a su condición de sacerdote. Le basta darle una lección para imponerse, salvando de su influencia al muchacho -una oveja perdida por la cual el pastor se bate para rescatarla- y a la vez manteniendo su ascendiente sobre sus fieles, que en el sacerdote ven al representante de la Iglesia, pero sobre todo al hombre. El subteniente retirado Francisco Ortiz ha salvado su propio honor y el de los Granaderos de San Martín.

B. VELMIRO AYALA GAUNA, Por el Alto Paraná, [“Paí Pajarito”], Buenos Aires, Editorial Huemul, 1979, pp. 32-39. Incluye una ilustración donde aparecen los duelistas en pleno combate.


En otro cuento de la misma selección, “La abuela”, Ayala Gauna manifiesta que la anciana Emeteria tuvo un duelo singular con Zenón, mozo que le había faltado el respeto a su nieta Rosa, a quien tuvo que defender ante la inacción poco viril de su nieto Santito.
Con el facón del marido, la abuela mató a Zenón y a su nieto, quien siempre eludía luchar, para restaurar el honor de los Maidana, alegando que Santito murió en su ley, a lo macho, a lo Maidana.

AYALA GAUNA, op. cit. [“La abuela”], pp. 90-95. Incluye una ilustración donde aparecen los duelistas en plena lucha.


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