Las Fiestas Patronales también recibieron la fuerte influencia política que predominaba en aquella época. Recordemos aquella nota enviada por el muy federal Alcalde y Juez de Paz, Mariano Ezpeleta, anunciando la Misa del 15 de mayo de 1839.
San Isidro Mayo 13 de 1839.
Señor Gover de la Prova Dn Juan Mnl. de Rosas.
Señor de todo mi respeto y aprecio:
El miércoles y jueves próximos 15 y 16 del corriente, deben celebrarse en esta Iglesia la función de Nuestro Santo Patrón San Isidro Labrador, y la Misa de Gracias al Ser Supremo por la desaparición total del Tirano de América Santa Cruz; cuya demostración religiosa por triunfos tan gloriosos de la entera libertad del continente América se ha retardado hasta la fecha por la falta de Cura y Vicario que ha poco ha sido nombrado; y persuadido hasta la evidencia que la principal solemnidad de ambos actos sería la presencia de V.E. y la de su apreciable hija mi Señora Doña Manuelita, me tomo la libertad de suplicar a V.E. que, si sus innumerables ocupaciones se lo permiten, se dignase honrarnos a unir los votos de V.E. con los nuestros al Ser Supremo por una obra que, después de la protección Divina, es debida casi exclusivamente a los heroicos esfuerzos de V.E.
Mariano Ezpeleta'.
El muy adicto Alcalde no tuvo la satisfacción de contar con la presencia del Restaurador ya que, con fecha 18, se le informó la imposibilidad de su concurrencia por su actual estado dolorido, razón por la cual aquellas fiestas no tuvieron el brillo pretendido.
Bernardo P. Lozier Almazán, Reseña histórica del partido de San Isidro, San Isidro, Costa Norte, 1986, pp. 138-139