A mediados del siglo IV, cuando los arrianos propagaban sus herejías, Basilio, sacerdote de Ancira, hombre santo formado en la verdadera doctrina católica por el obispo San Marcelo, no cesaba de exhortar a su pueblo para que permaneciera fiel a la fe católica. Su prédica logró que volvieran a la Iglesia muchos que habían sido engañados. Al ascender al trono el emperador Juliano el Apóstata, Basilio fue arrestado y acusado de sedición y de otros delitos. Finalmente, sometido a diversas torturas, murió el año 362.

Nacido en Inglaterra, era hermano coadjutor de la Compañía de Jesús. Murió mártir el 22 de marzo de 1606, en la Torre de Londres, luego de haber sido sometido a terribles torturas por orden del rey Jacobo I. Fue canonizado por Pablo VI en 1970, junto con otros 40 mártires de Inglaterra y Gales.