Cerca de 200 mil argentinos padecen asma de difícil control
Por buenapraxis
  
Viernes, 31/12/2010

El asma es una enfermedad que padecen 300 millones de personas en todo el mundo. Esta afección, que se manifiesta con tos, sibilancias y falta de aire, puede ser controlada con medicamentos que permiten al paciente llevar una vida normal. No obstante, alrededor del 5% de los pacientes asmáticos sufre de “Asma de Difícil Control”, es decir que pese a recibir la medicación estándar a dosis máximas persisten los síntomas, los ataques (‘exacerbaciones’) y la función pulmonar alterada.
Especialistas en asma señalaron la necesidad de seguir las Guías de Tratamiento actualizadas, que incluyen estrategias para manejar exitosamente estos casos. «Por ‘control’ se entiende reducir al mínimo o suprimir el impacto clínico, funcional y de riesgo del asma. Un paciente con permanentes síntomas, que tiene la función pulmonar disminuida y que no mejora con corticoides y broncodilatadores, necesita un enfoque diferente», afirmó el Dr. Ricardo Del Olmo, Jefe de Laboratorio Pulmonar del Hospital de Rehabilitación Respiratoria ‘María Ferrer’.
«El asma de difícil control provoca serias consecuencias, tanto a nivel clínico como socioeconómico», señaló el Dr. Daniel Colodenco, Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital de Rehabilitación Respiratoria ‘María Ferrer’. Estos pacientes “presentan riesgo aumentado de ataques o exacerbaciones, internaciones y muertes por asma”. Ausentismo escolar y laboral, cambios de trabajo, consultas de urgencia, hospitalizaciones, medicación adicional y necesidad de cuidado en el hogar son algunas de las repercusiones que alteran la vida de quienes padecen esta forma de la enfermedad. Este grupo, junto con el asma grave, consume el 80% de los recursos destinados al manejo de la enfermedad.
«No obstante, en la actualidad contamos con estrategias terapéuticas recomendadas en guías internacionales y locales, que reducen notablemente las exacerbaciones y mejoran los síntomas», comentó el Dr. Colodenco. «Los pacientes con asma de difícil control son de alto riesgo y deben contar con medidas de detección y prevención detalladas. Por eso es tan importante que sean detectados».
Las guías de GINA (the Global Initiative for Asthma), para el tratamiento del asma de difícil control, recomiendan agregar a los corticoides orales una droga perteneciente a nueva clase, las ‘anti-IgE’.
En esta categoría aparece la droga omalizumab, un anticuerpo monoclonal humanizado que bloquea la acción de la inmunoglobulina E (IgE) e interrumpe así la reacción que produce asma. Redujo la dificultad respiratoria, la disnea, las exacerbaciones y demás síntomas de asma que provocan internaciones: redujo 50% las exacerbaciones graves comparada con placebo, y 43,9% las consultas a la guardia, versus placebo.
Este tratamiento demostró ser eficaz en niños a partir de los 6 años de edad y adultos, y presentar un perfil de seguridad y tolerabilidad adecuado. «Omalizumab ha demostrado ser efectivo en reducir las exacerbaciones, internaciones y en mejorar la calidad de vida de los pacientes con asma de difícil control, en los miles de pacientes que lo recibieron en ensayos clínicos», declaró el Dr. del Olmo.
«Lo principal es que el paciente con asma de difícil control sepa que existen soluciones y que hable con su médico. A menudo vemos que estas personas se han habituado a vivir despertándose a cada rato sin poder respirar, con tos, sibilancias, incapaces de realizar un esfuerzo físico normal. Nuestra función como profesionales es alentarlos a seguir el tratamiento, porque cuando se observan los resultados su vida cambia por completo».


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