La energía solar-lunar es ahora el sueño de la corporación Shimizu de Japón, quien difundió este concepto de nueva generación, titulado Anillo Lunar (Lunar Ring) que se proyecta desde 1987.

Es un “cambio de la utilización económica de los recursos limitados al uso ilimitado de energía limpia. Es el máximo sueño de toda la humanidad”, destacan sus inventores.

Este nuevo concepto de Anillo Lunar, consiste en la instalación de células solares sobre un mega Cinturón a lo largo de 11 mil kilómetros en el ecuador de la Luna. Tendrá un ancho de 400 kilómetros y planea transmitir al año más energía que fuentes terrestres.

“Prácticamente es inagotable, no es contaminante y es la última fuente de energía verde que trae prosperidad a la naturaleza, como a nuestras vidas”, destaca Shimizu.

En su sueño, Shimizu cree que puede producir agua por la reducción de la superficie lunar, con el hidrógeno que se importa desde la Tierra. Adicionalmente planea usar material lunar para hacer ladrillos y fibra de vidrio.

Mediante robots transportados a la luna, planean excavar los estratos. Para el transporte usarán máquinas espaciales, y se guiarán con un equipo de astronautas.

En el Anillo Lunar se instalarán antenas transmisoras (a la Tierra), de energía de microondas de unos 20 kilómetros de diámetro. A su vez que, mediante cables, transferirán la energía eléctrica de las células solares lunares a las instalaciones de transmisión.

Algunas cosas serían llevadas de la Tierra, como un faro de orientación, pero las células solares se planean construir en la Luna.

Este mega proyecto promete no quedar solo como un sueño, sino que se planea desarrollar para las futuras generaciones.

En 1987 Shimizu comenzó sus estudios con una Oficina de Proyectos Espaciales, y en 1988 desarrolló el concepto de la base lunar. En 1989 estableció un concepto de hotel espacial y desde entonces no ha cesado de planificar y ampliar esta idea con el lema que la tecnología espacial puede dar prosperidad al hombre.

La empresa tiene más de 200 años de historia, desde que en 1804, el fundador Kisuke Shimizu lanzó un negocio de carpintería en el distrito Kanda Kajicho en Edo, ahora Tokio.

Su estilo de gestión se basa en "el concepto de cómo las empresas pueden contribuir a la sociedad sobre la base de una unión firme entre la ética y la economía, lo que consigue un justo retorno y un crecimiento atractivo", destaca la corporación. Hoy trabaja en tecnologías y métodos de construcción avanzados.