Lieselotte Heederik utilizará los 75.000 dólares que ganó en la categoría de salud de los Premios de Silicon Valley Tech la semana pasada, para ayudar a unos 250 millones de indonesios que necesitan agua limpia.

En Indonesia, la mayoría de la gente tiene que comprar el agua o hervirla para matar los parásitos.

No obstante, como las tiendas de agua no están bien reguladas y carecen de supervisión para asegurar que los filtros estén limpios y las luces UV sean cambiadas con regularidad, el Ministerio de Salud recomienda hervir el agua comprada. Hervir el agua requiere energía y por lo tanto tiene un costo difícil de asumir para quienes carecen de medios.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades recomienda beber agua embotellada cuya etiqueta esté sellada. Muchos de los ocho millones de turistas que visitan el país cada año podrían pensar, equivocadamente, que el agua de los comercios es segura.

Aquí es donde el filtro Nazava entra en juego. Este sistema simple es nueve veces más económico que comprar agua, y cuatro veces más económico que hervirla.

Los poros de cerámica filtran polvo, partículas, bacterias y parásitos. El carbón activado reduce los componentes orgánicos nocivos, tales como pesticidas y cloro. Un rayo de luz mata organismos más pequeños (media micra) que alcanzaron a pasar por los poros de la cerámica.

El filtro viene en diversas formas y tamaños, siendo el transparente Nazava el más asequible con capacidad para 27,5 litros (7,2 galones). El sistema se puede usar durante la noche y proporciona suficiente agua para beber y cocinar en un día. También se puede instalar en el grifo de agua, proporcionando agua potable directamente del grifo a toda la casa.

Heederik construyó el primer filtro para su uso personal a partir de materiales locales, mientras estaba trabajando en Indonesia para organizaciones no gubernamentales.

La ganadora del premio vio la posibilidad de un cambio duradero en la región. Los programas de asistencia en desastres donde ayudaba, dependían de donaciones y ella estaba cansada del esfuerzo gastado en justificar cómo se gastaba el dinero.

Actualmente un equipo de seis personas trabajan para proporcionar filtros Nazava a los indonesios. También exportan filtros a Pakistán, Mozambique y Ghana. Hasta el momento, Nazava vendió más de 75.000 filtros.

El dinero del premio de los Premios de Silicon Valley Tech ayudará a que más personas dispongan del filtro e impulsar la comercialización de Nazava través de los teléfonos móviles. La empresa va a traducir la información sobre el filtro a más idiomas locales y elaborar programas de agua potable.

"Los estadounidenses creen en nuestro enfoque: negocio en lugar de caridad; venta en lugar de donación. Elaboración de productos que los pobres puedan usar", dijo Heederik.

Los premios son algo más que una gala y dinero. Los emprendedores sociales se benefician de un "ecosistema en el que el inversionistas, incubadoras, centros, universidades y diseñadores se apoyan entre sí para contrarrestar la pobreza mundial", dijo después de recibir el galardón.

Heederik estaba felizmente sorprendida con Global Social Benefit Incubator, que ayuda a los emprendedores sociales a construir modelos de negocio sostenibles.

Los entrenadores de Apple y Scandisk ayudaron a 20 inversionistas revisando una presentación de plan de negocios y discutiendo el mercadeo social, monitoreo de impacto, y otros temas relacionados. Los inversionistas también tuvieron una sesión de speed-pitcheo de dos minutos.

Heederik experimentó un pequeño choque que va desde su modo habitual de transporte, una patineta o bicicleta, a una limusina; de un albergue mochilero de 10 dólares, al hotel de Silicon Valley de US$ 280 la noche.

En la gala celebrada en Santa Clara, California, el 14 de noviembre, se adjudicaron otros cuatro premios de US$ 75.000 en las categorías de medio ambiente, educación, jóvenes emprendedores y desarrollo económico. Otros cinco galardonados, ganaron US$ 25.000.