Don Quijote viaja alrededor del Sol en una órbita al nivel de Júpiter. Por mucho tiempo se creyó que era un solitario asteroide, sin embargo, los astrónomos de la Universidad de Arizona descubrieron que en realidad es un cometa, y con cola.

En el rango de los asteroides con cerca de 18 kilómetros de ancho, es el tercero más grande conocido vecino a la Tierra, con una órbita irregular, informó David Trilling, de la Universidad de Arizona, el 9 de septiembre .

“Las implicaciones tienen menos que ver con un impacto potencial, que es muy poco probable en este caso, y más con "el origen del agua en la Tierra", dijo Trilling.

“Los impactos con cometas como Don Quijote a través del tiempo geológico pueden ser la fuente de al menos parte de ella (el agua en la Tierra)”, agregó Trilling, señalando que en la Tierra representaría alrededor de 100 millones de toneladas de agua, es decir un equivalente a la del Lago Tahoe de California

Usando el telescopio espacial Spitzer de la NASA, los investigadores vieron entonces que no era un cometa muerto como se pensaba en el pasado, sino que tiene una débil coma y una cola.

"Su órbita se asemejaba a la de un cometa, por lo que la gente asumió que era un cometa que se había librado de todos sus depósitos de hielo", dijo Michael Mommert, alumno del profesor Alan Harris, quien condujo la investigación en el Centro Aeroespacial de Alemania, Berlín, antes de trasladarse a la Universidad del Norte de Arizona.

Don Quijote tiene la característica de contar con grandes depósitos de anidride carbonica, presumiblemente de hielo.

"Este descubrimiento de la emisión de dióxido de carbono de Don Quijote requiere la sensibilidad y longitudes de onda infrarrojas del telescopio Spitzer y no habría sido posible con los telescopios en el suelo", dijo Mommert.

Este descubrimiento implica que el hielo de dióxido de carbono y el agua pueden estar presentes en otros asteroides cercanos a la Tierra, también.