En Avellaneda desarrollaron este anteojo detector de obstáculos para no videntes, que sirve para protegerlo de posibles golpes en la cabeza con obstáculos que se encuentren en su camino.
A las personas ciegas, solemos identificarlas frecuentemente por su bastón blanco que lo ayuda a desenvolverse en la vía pública y en los lugares donde transita. Sin embargo, el bastón tradicional que emplean los no videntes, solo sirve para detectar obstáculos a nivel del suelo y bajos. Este dispositivo recientemente desarrollado cubre las zonas altas, principalmente cabeza y cuello.
Este equipo utiliza la tecnología conocida como háptica. que mediante vibraciones estimula el tacto, alertando la presencia de objetos cercanos. En otros países se encuentra algún modelo que cumple una función similar, pero con alerta por sonidos, generando confusión en los ambientes ruidosos y la indeterminación en la ubicación del obstáculo.
El proyecto fue el resultado de los aportes de todo el equipo de investigadores y la elaboración del prototipo estuvo a cargo del alumno becario Juan Petroff en el Laboratorio de Tecnología Biomédica, Facultad Regional Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional.
En general las soluciones a los problemas de la vida diaria, surgen de la observación en la recurrencia de los inconvenientes y de las reflexiones que generan en nuestro grupo de trabajo. Este dispositivo previene al ciego o al disminuido visual de posibles golpes en la cabeza por obstáculos en altura, comenta en diálogo con EL OTRO MATE el Ingeniero Jorge Luis Cabrera, Director del Laboratorio de Tecnología Biomédica UTN-FRA.
Así se va desarrollando la tiflotecnología, que es como se conoce a toda la tecnología de apoyo a los ciegos y disminuidos visuales.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, órgano regional de la OMS, se estima que en el mundo hay alrededor de 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión, de las cuales un 90% se concentra en los países en desarrollo. Los errores de refracción no corregidos constituyen la causa más importante de discapacidad visual en todo el mundo, pero en los países de ingresos medios y bajos las cataratas siguen siendo la principal causa de ceguera.
Hoy en día el 80% del total mundial de casos de discapacidad visual se pueden evitar o curar.
¿Cómo se implementa?
El sistema consta de tres módulos ubicados, dos sobre ambas sienes y uno en el entrecejo. Cada módulo posee un emisor-receptor infrarrojo y un micromotor vibrador. Cuando un objeto se encuentra a una distancia de aproximadamente 30 centímetros o menos de alguno de los módulos, el haz infrarrojo se refleja sobre el obstáculo activando el receptor que enciende el micromotor correspondiente y que estimula la piel por vibración en esa zona, permitiendo identificar la ubicación del objeto. Esta advertencia, le facilita al no vidente realizar una maniobra evasiva o de protección más precisa.
Este desarrollo se encuentra en fase de prueba y no tenemos aún prototipo industrial, aclara Cabrera, quien de cara al futuro augura: esperamos que ayude a los no videntes y disminuidos visuales a sentirse más protegidos, facilitando su movilidad más libremente.
Fuente: EL OTRO MATE
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