Probablemente ha observado agua de coco en todas partes en los estantes de los supermercados. Bueno, eso es porque los publicistas lo sofisticaron, y además saben de los beneficios convirtiéndolo en una parte normal de nuestras dietas. El agua de coco es más hidratante que el agua regular. Es isotónica, por lo que contiene la misma cantidad de electrolitos como nuestra sangre. Así que cuando suda durante el ejercicio, se reemplaza lo que pierde, y lo recupera con mayor rapidez.

El agua de coco fresca está llena de vitaminas y minerales. Cuenta con más potasio que el banano, alrededor de 300 miligramos por coco, así que es bueno para un funcionamiento muscular saludable. También contiene calcio, zinc, fósforo, magnesio, vitaminas B1, 2, 3, 5, 6, ácido fólico, vitamina C, y un poco más. Recuerde que estas vitaminas son naturales, no son salidas de un laboratorio para luego ser agregadas a su bebida deportiva.

Los antioxidantes en el agua de coco ayudan a eliminar toxinas y mantener el equilibrio del pH de su cuerpo, que debe estar entre 6,0 y 7,5. Si usted quiere saber cuál es el nivel de pH en su cuerpo, puede comprar las cintas de prueba del pH. Cuando el pH se vuelve más ácido (el número es más bajo), eso debilita a nuestros sistemas del cuerpo, lo cual ofrece un ambiente ideal para que se desarrolle una enfermedad. Nuestro cuerpo se compone del 70% de agua, así que tiene sentido beber lo natural del agua que ayuda a mantener al día con las exigencias del mundo de hoy.

Mezclando el agua de coco con la pulpa del coco en un batido, no sólo tiene un sabor increíble, (una vez que domines el arte de abrir cocos), sino que eso te mantiene lleno por más tiempo. Esto ayuda a aumentar tu metabolismo, lo cual significa que la grasa se quema más rápidamente. Algunos dicen también que sus antojos de azúcar disminuyen una vez que empiezan a consumir aceite de coco.

Algunos pueden pensar que esto no es algo para sentirse satisfechos, pero la salud intestinal es esencial para nuestra salud en general, y ¡tenemos que mantener las cosas en movimiento! Los cocos contienen gran cantidad de fibra dietética, que ayudan a acelerar la digestión y mantenerte normal. El coco también es un antihistamínico natural, anti-viral, anti-microbiano, y contiene ácido urético (también en la leche materna), que mata a hongos, bacterias y la levadura intestinal.

A pesar que el aceite de coco contiene grasa saturada, que es rápidamente absorbida por el hígado, se convierte directamente en energía. Ayuda a regular el azúcar en la sangre, por lo que se puede pasar más tiempo sin tener que comer. Los atletas utilizan el coco para mantenerse hidratados y mejorar su resistencia durante la práctica. También ayuda a promover la función saludable de la tiroides que ayuda a los síntomas de la fatiga crónica.

Aquí es donde entra en juego el aceite de coco virgen, prensado al frío, al aceite de coco orgánico se lo puede utilizar como una crema hidratante facial, bálsamo labial, crema hidratante corporal (proporciona protección contra la luz del sol), y se puede utilizar en el cabello para un brillo adicional. También se puede utilizar como aceite de masaje, y en el embarazo, para ayudar a prevenir las estrías. La piel es el órgano más grande y absorbe todo lo que pones en él, así que tiene sentido que lo que pones en tu piel sea comestible. Algunos también lo utilizan como un enjuague bucal suave, y al cepillarse los dientes con él combate las bacterias que causan la caries.

El aceite de coco es un aceite diverso que en cocción puede ser utilizado como una alternativa al uso de la mantequilla, que se utiliza en postres dulces, y para frituras livianas. Tiene un punto de humo alto (350°F, 177°C) y no se degrada una vez que se le añade calor. A diferencia de otros aceites que no producen radicales libres, células que destruyen a células trabajadoras al interactuar con ellas. Cuenta también con un armazón de larga vida útil, y no desarrolla acidez cuando se expone a la luz, a diferencia de otros aceites. Además del aceite, también se puede mezclar la pulpa con el agua en la leche, y agregarla en la cocina asiática.