No tengo oro ni plata pero traigo a Cristo que es lo más valioso, dice el Papa en Río
Por bienaventurados
Martes, 23/07/2013
No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo, afirmó el Papa Francisco en su primer discurso en tierras latinoamericanas. Desde el Palacio de Guanabara (Brasil), donde se reúne con la presidenta Dilma Rousseff, afirmó que llega para en nombre de Cristo, alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón.
El Papa Francisco llegó este lunes a Río de Janeiro (Brasil), para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y encontrarse con cientos de miles de jóvenes de todo el mundo.
Dios ha querido que el primer viaje internacional de mi pontificado me ofreciera la oportunidad de volver a la amada América Latina, concretamente a Brasil, afirmó el Santo Padre en su discurso leído en portugués, en el que recordó los estrechos lazos que unen a este país con la Sede Apostólica, así como los profundos sentimientos de fe y amistad que siempre han mantenido a esta nación unida de una manera especial al Sucesor de Pedro.
He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes, añadió el Papa, que durante el trayecto al palacio de Guanabara fue saludado efusivamente por la población que se volcó a las calles.
En su discurso, Francisco también agradeció la acogida de las autoridades brasileñas y su afecto a los obispos. Con esta visita, deseo continuar con la misión pastoral propia del Obispo de Roma de confirmar a sus hermanos en la fe en Cristo, alentarlos a dar testimonio de las razones de la esperanza que brota de él, y animarles a ofrecer a todos las riquezas inagotables de su amor, afirmó.
El Santo Padre destacó que el objetivo principal es encontrarse con los cientos de miles de peregrinos que participarán en la JMJ, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor donde buscan un refugio y volver a escuchar su llamada clara y potente: Vayan y hagan discípulos a todas las naciones.
Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: Vayan y hagan discípulos; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados, afirmó.
Francisco dijo que al dirigirse a los jóvenes hablo también a sus familias, sus comunidades eclesiales y nacionales de origen, a las sociedades en las que viven, a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones.
Es común entre ustedes oír decir a los padres: Los hijos son la pupila de nuestros ojos. ¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora, añadió.
Francisco señaló que los jóvenes esperan que se les ofrezcan las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo ( ), para que llegue a ser lo que puede ser. Necesitan que se les asegure un horizonte trascendente para su sed de auténtica felicidad.
Finalmente, pidió establecer un diálogo entre amigos. En este momento, los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa.
Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa. Pasado mañana, si Dios quiere, tengo la intención de recordar a todos ante Nuestra Señora de Aparecida, invocando su maternal protección sobre sus hogares y familias. Y, ya desde ahora, los bendigo a todos. Gracias por la bienvenida, culminó el Papa.
El Papa Francisco habla a la prensa durante el vuelo a Brasil
En un principio, el Papa Francisco aseguró que no habría rueda de prensa durante el vuelo a Brasil pero parece que sí ha hablado finalmente a la prensa de manera informal.
Tal y como cuenta el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, unas dos horas después de despegar, el Papa hizo unas declaraciones a la prensa en las que señaló que la Iglesia necesita salir y buscar a los jóvenes en su propio ambiente. Dejarlos aislados, dijo, sería una lastima y una injusticia.
El Papa también dijo que tiene muchas ganas de celebrar la JMJ con los cientos de miles de jóvenes que acudirán, especialmente ahora que esta generación está sufriendo una crisis económica en la que los empleos escasean.
Subrayó que, aunque está emocionado por celebrar la JMJ, también desea recordar a los mayores, que aunque no pueden asistir físicamente, tienen la sabiduría de la vida y de la familia. Añadió que jóvenes y mayores se necesitan para construir el futuro.
¡El Papa Francisco ha llegado a Brasil!
El Papa recorre Río en un sencillo coche.
Miles de peregrinos corren para saludarle
El Papa a los jóvenes: "Id y haced discípulos".
Id más allá de lo que es humanamente posible
Aparecida, el santuario al que irá Francisco en la JMJ, es uno de los más visitados del mundo
Este presente es para hacerles llegar un sitio web destinado al Rezo del Santo Rosario para aquellas personas que estando solas, puedan sentirse acompañadas en una oración continua con Jesús y la Virgen María.
"El Rosario es uno de los signos más elocuentes del amor que las generaciones jóvenes sienten por Jesús y por su Madre, María"
La devoción de los Siete Dolores de la VIRGEN MARÍA
La devoción al SAGRADO CORAZON DE JESUS y la práctica de los Nueve Primeros Viernes
LA ÚLTIMA CIMA nos muestra un tipo de sacerdote del que nadie habla: los sacerdotes generosos, alegres, serviciales, humildes. Sacerdotes anónimos que sirven a Dios, sirviendo a los demás. Pablo es, nada más y nada menos, que un buen cura.
Pablo, sacerdote, sabía que iba a morir joven y deseaba hacerlo en la montaña. Entregó su vida a Dios... y Dios aceptó la oferta. Ahora dicen que está vivo. Pablo era conocido y querido por un número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de su muerte.
LA ÚLTIMA CIMA muestra la huella profunda que puede dejar un buen sacerdote, en las personas con las que se cruza. Y provoca en el espectador una pregunta comprometedora: ¿también yo podría vivir así?
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