Un equipo médico para inducir hipotermia terapéutica localizada que sirve para tratar a pacientes que han sufrido un traumatismo encefalocraneano grave que desarrollado en Córdoba.


Un golpe en la cabeza, sobre todo si es producto de un fuerte impacto, puede dejar secuelas de por vida. ¿Cómo tratarlo eficazmente?
Para eso, una innovación está en la aplicación del tratamiento, cuyo objetivo es disminuir la temperatura cerebral de manera localizada y controlada, con la finalidad de lograr la reducción de la presión endocraneal y, a su vez, ofrecer neuro-protección.

Con este dispositivo se lograría disminuir la mortalidad y las secuelas neurológicas de este grupo de pacientes.
Es un producto innovador debido a que desarrolla la técnica de “Hipotermia Leve Localizada” para ser aplicada en “Hipertensión Craneal Refractaria”, patología para la cual aún no existe un equipo destinado a tal fin.

La principal diferencia con los equipos existentes hasta ahora es que estos inducen hipotermia general, lo cual acarrea una serie de reacciones adversas y nocivas para el paciente, y al aplicar hipotermia localizada se evitan estos inconvenientes.

Este tratamiento, que está en investigación a nivel mundial desde hace varios años, actualmente tiene cierto grado de controversia, pero la evidencia científica está demostrando que si se aplica correctamente para casos específicos el tratamiento tiene resultados positivos.

“Para disminuir la presión endocraneal hay dos líneas de tratamiento, las de primer nivel (son las certificadas) y las de segundo nivel (son las recomendadas), cuando pese a aplicar todas las medidas de primer nivel la presión endocraneal no disminuye, la opción que le queda al profesional de la salud es aplicar las técnicas de segundo nivel, dentro de las cuales se encuentra la hipotermia” explica en diálogo con EL OTRO MATE Darío Valdemarín, estudiante de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, que junto a su compañero Matías Montes pudo concretizar su desarrollo en la Incubadora de Empresas de la UNC:

La idea surgió al realizar las prácticas profesionales de la carrera de Ingeniería Biomédica a cargo del ingeniero Ricardo Taborda de la facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba. Estas se desarrollaron en el Hospital de Urgencias de dicha ciudad en el cual año tras año aumenta la cifra de los pacientes hospitalizados por traumatismos encefalocraneano, en este lugar se aplica el tratamiento de hipotermia selectiva sin contar con el equipo necesario (se coloca hielo en la cabeza) obteniendo resultados positivos, por lo tanto de esta necesidad surge la idea junto a la Dra. Perla Pahnke (encargada del servicio de shock-room) de desarrollar un equipo destinado específicamente a tratar esta patología.

Los accidentes de moto son la principal causa de traumatismo cráneo encefálico, especialmente por el rechazo a la utilización de casco. Solo en el Hospital de Urgencias de la ciudad de Córdoba ingresaron el último año 10.532 motociclistas, una tendencia que aumenta severamente si se tienen en cuenta los 3.036 que lo hicieron en el 2003.

El traumatismo encefalocraneano constituye un problema de salud pública muy importante a nivel mundial, y se encuentra como una de las principales causas de mortalidad y discapacidad entre individuos jóvenes, tal es así, que representa la primer causa de muerte en la población menor de 45 años, por lo tanto este desarrollo aumenta las opciones del profesional de la salud para enfrentar esta patología, aumentando las probabilidades de disminuir las secuelas neurológicas del paciente.

La implementación consiste en hacer circular agua fría por un gorro que está en contacto con la cabeza, por medio de un software y de distintos sensores de temperatura colocados al paciente se realiza el control y automatización del proceso.

El tratamiento completo consta de tres etapas. La primera, es la refrigeración, donde se disminuye la temperatura cerebral del paciente a la temperatura deseada. La segunda es la del mantenimiento, ya que una vez alcanzada la temperatura objetivo se mantiene durante 48 horas aproximadamente, según criterio del médico y evolución. Y la tercera, es el calentamiento, cuando se regresa a la temperatura normal del paciente.

“El cambio que se espera para el futuro es la incorporación de este equipo médico a las salas de cuidados intensivos, para aumentar las probabilidades de supervivencia de los pacientes que sufren hipertensión endocraneal refractaria”, augura Montes.

Fuente : EL OTRO MATE

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