Un equipo de investigadores creó el primer pediculicida con nanotecnología, que mata piojos y liendres en forma inmediata, pero no es tóxico. Una experta que participó en el desarrollo brinda las claves para combatir la pediculosis.
El último gran paso que ha dado la ciencia argentina en materia de pediculosis se logró de la mano de un equipo de investigadores del Cipein-Conicet, que creó el primer pediculicida con nanotecnología, registrado bajo el nombre de Nano-SIL.

El nuevo producto, presentado recientemente, incorpora por primera vez esta tecnología a través de las nanopartículas de silice. Se trata de agentes abrasivos que, en combinación con una formulación especial, producen la muerte de piojos y liendres en forma inmediata y sin riesgo de toxicidad, ya que no contienen ningún pesticida. Las nanopartículas de sílice poseen un tamaño al menos un millón de veces más pequeño que un milímetro.

El nuevo tratamiento contra los piojos se aplica en forma directa en pelo seco, y se remueve por enjuague, sin necesidad de peine fino, ya que los mismos se desprenden del cuero cabelludo en forma natural sin necesidad de remoción mecánica.

“El producto es una verdadera innovación porque contiene nanopartículas de silicio inmersas en una base oleosa y mostró un importante efecto de eliminación de la actividad piojicida. Además, ejerce su acción sobre la cutícula del piojo o exoesqueleto, que es la cubierta externa del insecto y está ausente en los seres humanos, por lo que resulta un producto no tóxico para el hombre y es eficaz en forma inmediata” , explicó en una entrevista con DoctorVid la doctora María Inés Picollo, directora de Entomología del Centro de Investigaciones en Plagas e Insecticidas (Cipein-Conicet).

Según precisó, el equipo de trabajo del Cipein ha venido desarrollando una línea de investigación aplicada destinada al diseño y desarrollo de productos adecuados para combatir piojos resistentes. “Las investigaciones se orientaron hacia compuestos que dañen sistemas vitales y específicos de los insectos y ausentes en los humanos, como es el esqueleto externo o exosqueleto. Además se exploraron las interacciones entre nuevos ingredientes activos y las bases de los formulados pediculicidas, capaces de producir un aumento de la efectividad final del producto debido al proceso de potenciación o sinergismo. De esta manera se lograron productos pediculicidas efectivos y selectivos”, resumió.

NI VUELAN NI SALTAN

Los piojos no vuelan ni saltan. Para el contagio es necesario el contacto directo entre cabellos de distintas personas o bien que haya un contacto directo con elementos como peines, cepillos o gorros. Así lo subrayó la doctora Picollo, quien precisó que “los factores más significativos en la infestación con piojos de la cabeza dependen del número de chicos por familia, el intercambio de ropas de cama o de baño, los hábitos de lavado, las costumbres locales, los contactos sociales y el cuidado de la salud en un ámbito particular”.

La pediculosis es una enfermedad endémica determinada por la presencia de piojos humanos en la cabeza. Esta zona del cuerpo le brinda a los piojos el ambiente ideal para vivir. “Los piojos son insectos hematófagos, que desarrollan toda su vida en la cabeza, alimentándose de sangre y protegidos por el calor y humedad del cuero cabelludo”, describió Picollo.

La infestación con piojos afecta principalmente a los niños y niñas de edad escolar, entre los seis y los 12 años. Al respecto, la experta advirtió que “no están totalmente demostradas las causas por las que afecta especialmente a este grupo humano, como tampoco está demostrado por qué afecta diferencialmente a algunos niños y a otros no: en la mayoría de los niños hay menos de 10 piojos por cabeza, pero en otros se encontraron hasta 900″.

A diferencia de lo que creen algunos padres, el control de la pediculosis es posible, según apuntó Picollo, “con prevención, control permanente de las cabezas y uso de productos pediculicidas efectivos para el piojo y seguros para el humano”.

PICAZON Y RASCADO
La pediculosis produce picazón -por las picaduras y las heces de los insectos-, irritación de la piel, prurito, y riesgo de infecciones secundarias, como consecuencia del rascado. De modo que esta enfermedad requiere un tratamiento adecuado.

En ese sentido, la directora de Entomología del Centro de Investigaciones en Plagas e Insecticidas detalló que si la infestación es baja (pocos piojos adultos, de aproximadamente 3 milímetros), “las mejores formas de tratamiento son la revisación periódica de la cabeza y la eliminación de los insectos con ayuda del peine fino”.

En cambio, si la infestación es alta y hay presencia de piojos pequeños (de aproximadamente 1 o 2 milímetros de tamaño) o liendres, es necesario el tratamiento con un producto pediculicida. “La tendencia actual es el uso de productos basados en insecticidas no neutóxicos, como son los productos que producen daño en la cutícula o esqueleto externo del piojo”, puntualizó.

“Los productos neutóxicos -señaló- son los que actúan a nivel del sistema nervioso, alterando su funcionamiento y, como los seres humanos también tenemos sistema nervioso, pueden resultar dañinos cuando se los usa incorrectamente”.
Respecto de las principales medidas de prevención tendientes a evitar la reinfestación, Picollo afirmó que no compartir elementos personales como gorros, bufandas, vinchas o cepillos; revisar la cabeza todos los días; pasar peine fino dos o tres veces por semana; y utilizar buenos productos cuando es necesario son las reglas de oro.

PROBLEMAS
A la hora de evaluar las problemáticas vinculadas con el fracaso habitual en la `lucha contra los piojos’, la especialista atribuyó parte del fracaso a la falta de información relacionada con el control de la pediculosis y a la falta de consenso sobre las mejores estrategias de control. “Todo esto ha llevado a que se empleen métodos riesgosos, tales como el uso de pipetas formuladas para animales domésticos, aerosoles para el control de insectos voladores y a la utilización de productos caseros, que pueden ocasionar serios problemas dermatológicos o producir intoxicaciones de diversos grados”, se lamentó.

Por otra parte, del mismo modo que ocurre con ciertas infecciones que no responden a los antibióticos, los piojos -como la mayoría de los insectos- son capaces de desarrollar resistencia a los insecticidas que se utilizan para su control. “La razón del desarrollo de resistencia es que el uso continuo del mismo insecticida sobre una población de piojos va eliminado a los más sensibles y la población se enriquece en los más resistentes. Al cabo de muchas generaciones de uso del mismo producto, el porcentaje de individuos resistentes es mayor y la población no puede ser eliminada de la misma manera y dosis que la población susceptible”, concluyó la profesional.

Fuente: Doctor VID

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