El escolta bahiense Emanuel Ginóbili brilló el domingo al anotar 24 puntos y aportar 10 asistencias en el triunfo de San Antonio frente a Miami Heat por 114-104, que le permite a los Spurs tomar ventaja de 3-2 en la final de la NBA y quedar a una victoria de un nuevo título.


Ginóbili fue clave desde el inicio del juego y finalizó con 24 puntos, con una efectividad de 7-10 en dobles, 1-4 en triples y 7-8 en tiros libres, al tiempo que colaboró con 10 asistencias y 4 rebotes.

Luego de sufrir una muy dura derrota en el cuarto juego, el conjunto texano se recuperó y superó a Miami a lo largo de todo el partido, con Ginóbili, el base francés Tony Parker y el alero Danny Green como figuras.

Con el triunfo, los Spurs quedaron a una victoria de cosechar una nueva consagración, que sería la cuarta del bahiense luego de los títulos en 2003, 2005 y 2007.

Además, para Ginóbili, su actuación y el triunfo tienen sabor a revancha luego del muy flojo desempeño que tuvo en el cuarto partido, en el que apenas aportó dos puntos.



"Ya les había dicho a ustedes (los periodistas) el sábado que éste sería el partido de Manu. He estado jugando con él durante mucho tiempo, y estaba feliz cuando Pop lo puso de titular, porque así puede conseguir un ritmo de juego". Así arancó Tony Parker la conferencia de prensa de ayer tras e l triunfo de San San Antonio ante Miami apenas se sentó.


"Mantuvo la agresividad durante todo el partido, su primer tiro fue decisivo, pasó bien el balón e tomó buenas decisiones, además se olvidó de todos los comentarios negativos que se habían hecho los días anteriores", completó Parker.

El francés no fue el único que destacó la actuación de Ginóbili ayer. El entrenador Gregg Popovich, que no suele ahorrar críticas cuando las cosas no le salen al bahiense, dijo anoche: "Manu es un competidor, él se mantiene empujando, y él hace lo que hace. Quiero decir, él ha venido a la práctica y ha trabajado en su tiro. Vio el video (del anterior partido). Tiene confianza en sí mismo para seguir compitiendo. Eso es lo que ha hecho toda su carrera. Y esta noche jugó su mejor partido en mucho tiempo".

Sobre el cariño que le tienen los simpatizantes de San Antonio al argentino, sostuvo: "Es muy popular acá porque es un histórico del plantel, nos ayudó a conseguir tres títulos y además habla el idioma de la mayoría de los habitantes de la ciudad. Cuando juntás todas esas variables nace un ídolo".

"Decidí incluirlo de titular el viernes porque le quería dar mayor confianza, además de también generar una variante táctica y creo que salió muy bien", explicó el entrenador.

Por su parte, Tim Duncan, reconoció igualmente que la gran labor ofensiva que realizaron Ginóbili y Danny Green, ambos con 24 puntos, abrió el camino del triunfo de los Spurs. "Los dos junto con la inspiración de Parker fueron los que nos permitieron conseguir la victoria", subrayó Duncan.


"Necesitaba un partido así. Me sentía muy bien antes del partido. Cuando metí los dos primeros tiros y la primera vez que ataco me hacen falta y voy a la línea, sabía que podía hacer las cosas mejor. Mentalmente estaba mucho mas preparado que en el Juego 4", sostuvo Manu tras la victoria de los Spurs.

Para Ginóbili "el primer lanzamiento tuvo que ver bastante porque en los últimos dos o tres juegos no había metido ni una de afuera y necesitaba arrancar con el pie derecho".


Charles Barkley, además de ser una de las más grandes figuras de la historia de la NBA, es uno de los fanáticos más conocidos de Emanuel Ginóbili. Como comentarista de la televisión de estadounidense, cada vez que Manu hace una buena jugada grita al micrófono: "¡Ginobiliiiiiii!".



A pesar de las críticas que recibió Ginóbili en los últimos días, anoche el público del AT&T Center lo ovacionó.

El bramido hizo que el estadio fuera por un instante como un mar agitándose violentamente. "¡Manu! ¡Manu! ¡Manu!". Aún cuando uno se aferra a la silla, la vibración que provocan las gargantas de 18.000 personas dan la sensación de que el cuerpo se desplaza sin control en la marea. "¡Manu! ¡Manu! ¡Manu!". Es el quinto partido de una final de la NBA. El evento competitivo por excelencia. Es el tercer cuarto en el AT&T Center. Ese bahiense, a poco de cumplir los 36 años, que un día antes confesó que se sentía "frágil", vuelve a apretar la pelota fuerte con las dos manos. Arremete por donde no hay lugar. Y no hay lugar porque están los cuerpos fibrosos e intimidantes de LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade tratando de cerrarle el paso. Pero va igual. Y pasa. Tira una vez con derecha. Adentro. Otra con izquierda. Adentro también. En suspensión. Otro doble más. La gente responde enloquecida: "¡Manu! ¡Manu! ¡Manu!".

En una de las peores series de playoffs que se le recuerden, Manu Ginóbili jugó su mejor partido del año. Es su redención. Rescata a San Antonio. Como tantas otras veces. Lo lleva al triunfo: 114-104 sobre Miami, el campeón de la NBA. El que tiene al mejor jugador del mundo. Y la serie queda 3-2 para los Spurs. Match point. No está nada dicho, pero él ya lo dijo todo.

La primera gran sorpresa de la noche. Fue la presencia de Manu desde el arranque. Hay distintos motivos para explicar por qué el argentino estuvo en la formación inicial. El primero obedece a una cuestión estratégica. Desde el cuarto partido, Erik Spoelstra, DT de Miami, decidió quitar de la formación titular a Udonis Haslem y ubicar a Mike Miller. Es decir, una alineación con cuatro jugadores "bajos" y sólo un pivote. Por eso, Gregg Popovich sacó a Tiago Splitter y puso a otro "bajo", Manu, para equilibrar los emparejamientos defensivos. El segundo es puramente emocional. Ginóbili necesitaba recuperar la confianza. Necesitaba volver a ser él.

Manu jugó como titular por primera vez en el año. Logró su récord personal de puntos en la temporada (24). Otras conclusiones tácticas podrían darse para explicar el curso que tomó este partido. Pero ninguna será tan fuerte como la emocional. Y es que volvió el Ginóbili de siempre.

Porque Parker y Green también jugaron bien. Y las dos estrellas de Miami, LeBron y Wade también estuvieron muy bien. Pero ninguno desequilibró y fue tan determinante como Manu. Tal vez mañana pueda pasar inadvertido otra vez, porque se sacrifica para el equipo. Anoche el equipo lo necesitaba en el modo "super estrella", y no defraudó.

En el descanso entre el tercer y el último cuarto, la TV puede hacerle, por contrato, dos preguntas al DT local. Popovich odia esa entrevista. Siempre contesta breve, sin ganas. Esta vez dijo: "Cuando Manu juega como Manu Ginóbili somos un mucho mejor equipo de basquet". Y cómo no pensar así, si gracias a él, San Antonio está a solo un paso de ser campeón.