El invento apunta al uso responsable del agua. Es programado mediante una computadora para que riegue y se desplace solo sin llevarse obstáculos por delante.

Carlos Enrique Irigo y Roberto Haarth, dos de los responsables de la investigación.
El profesor de la UNCuyo e Ingeniero químico Carlos Enrique Irigo dirige un proyecto de investigación sobre un robot doméstico que riega el césped y supera la tradicional manguera y la aspersión instalada.

El invento, en el que tmbién trabajan Roberto Haarth y Mario Distéfano, tiene la capacidad de desplazarse solo sin llevarse obstáculos por delante. Además, no necesariamente tiene que estar fijo en un lugar ya que puede ser trasladado y puede ser reprogramado sin inconvenientes.

El robot es programado mediante una computadora y se traslada sobre sus tres ruedas.
Recorre el jardín y riega de una manera programada los sectores específicos donde se lo requiera con la cantidad de agua necesaria, evitando así el derroche que suponen otros sistemas.

Funciona a través de una manguera flexible conectada a una canilla de agua corriente, por lo que utiliza la presión normal de la red pública de distribución y sólo requiere el mantenimiento de un solo aspersor.

“Apuntamos a diseñar este artefacto que cuenta con un carrito montado sobre tres ruedas, un equipo de manguera retráctil que se va desenrollando y enrollando en la medida en que el robot avanza o retrocede, una tobera o aspersor, una computadora donde se programa (con un software especial) una rutina de riego de acuerdo con la superficie del jardín y los obstáculos que el robot debe sortear y una batería como fuente de energía”, explicó el investigador de la facultad de Ingeniería, responsable del descubrimiento que se llama “Sistema de Riego Doméstico Robotizado”.

Irigo dijo que la idea es perfeccionar el sistema de riego y “volver a la fuente, como nuestras abuelas cuando regaban los malvones con la regadera, distribuyendo agua donde hace falta y en la cantidad requerida, atributo del que adolecen los sistemas actuales”. El proyecto apunta al uso responsable del agua.

Sobre la importancia del invento, el profesional explicó que cuando las personas construyen una vivienda el sistema de riego queda relegado para el final ya que “se entiende que este procedimiento implica un costo superfluo en relación con el precio de la construcción edilicia. Entonces, cuando llega ese momento, el riego es realizado con la manguera”.

Como si tuviera ojos
El robot se mueve por el césped sin llevarse por delante plantas, canteros, macetas y demás objetos que puedan estar en el jardín. Sobre esta cualidad, Irigo explicó que usaron el sistema “X-Pro” -tecnología wii similar a la que se usa para simular movimientos en los televisores o videojuegos-.

“El X-Pro es un censor de movimiento que nos permitirá que el equipo pueda arrimarse con una manguera retráctil a determinadas zonas del jardín, por medio de rutinas ya programadas desde el computador. Hay una versión “for developers” de este equipo que permite incorporar un software particular según la necesidad”, dijo.

Y agregó: “La programación del robot permite que éste pueda circular en un entorno complejo, debido a la conformación de una topografía llena de árboles, lomas o piedras que vuelven más intrincado el recorrido del equipo automático y en consecuencia la programación de la ruta que debe seguir”.

El sistema GPS, pensado en un comienzo para el proyecto no sirvió porque “tiene un error de dos o tres metros” y en un lugar como un jardín esas distancias son considerables.

Este proyecto de investigación es subsidiado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo.

Fuente: Los Andes

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