Lento pero seguro, crece la cantidad de firmas locales que se especializan en esta tecnología. Se suma la creciente oferta de servicios para el segmento. El mercado, sus players y los competidores regionales.
Foto: tu.tv
Por Andrea Catalano
Cuando se escucha la frase impresión en 3D por primera vez, al cerebro le cuesta unos segundos poder descifrar de qué se habla. Lo primero que aparece en el mundo neuronal es la posibilidad de imprimir en papel un dibujo en tres dimensiones, con la suficiente calidad como para darnos la idea de profundidad. Pero, no es correcta esa primera interpretación.
La impresión en 3D ofrece la posibilidad de obtener, desde una equipo especial, un producto terminado, con textura, peso, color y forma a una definida escala tangible. Es decir, una pieza de una máquina, un juguete, un souvenir, un prototipo, una maqueta. En el mundo, cobra fuerza de manera sostenida.
Hasta el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, le dio un espaldarazo a este nuevo segmento al señalar que la impresión en 3D podría revolucionar la forma en que hacemos casi todo. La tendencia se repite en la Argentina. Hoy, hay dos empresas locales que fabrican impresoras 3D y que están iniciando la comercialización de sus primeras partidas. Se trata de Kikai Labs y Trimaker.
Si bien hay distintas tecnologías de impresión en 3D, el plástico es la materia prima básica para convertir un diseño en objeto. Las máquinas suelen tener la misma medida que una impresora láser corporativa, de esas que pueden ubicarse en cualquier escritorio. Es decir, que no son equipos aparatosos, lo que permite que puedan ser utilizadas tanto en una gran empresa como en una pyme industrial. Tal vez, este último segmento sea el que más podrá aprovechar las ventajas que significa contar con un equipo de estas características dentro de su estructura.
Kikai Labs presentó de manera oficial su primer modelo en la última edición del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) realizado en abril pasado en Tecnópolis. Allí, Marcelo Ruiz Camauër, presidente de la compañía, presentó la línea Maker, compuesta por dos modelos, la T-100, que cuenta con un extrusor y utiliza PLA (un tipo de plástico para usar en estas impresoras), y la T-105, que imprime con ABS y PLA, es decir, con dos tipos de plásticos.
La firma encaró el proceso de producción a principios de 2013. La primera partida de impresoras estuvo compuesta por unas 60 máquinas, cuya integración se inició en base a un encargo. Ya lista esta primera fase, Kikai Labs avanza en el próximo paso: la fabricación de un tercer modelo, la T-110, que contará con dos extrusores a fin de que pueda imprimir sus objetos en dos colores distintos o dos materiales distintos, ABS y PLA. En estos días, están por recibir las piezas de bronce necesarias que les permitirán encarar la producción del nuevo modelo.
Diseño de moldes
Hace dos semanas que comenzamos la venta de las impresoras y ya se compraron 12. Nuestra expectativa para esta año, es colocar unas 200 unidades. Y, lógicamente, si la tendencia mundial se confirma, algo que descontamos, para el año próximo, me atrevería a duplicar la producción, dice a IT Business, Ruiz Camauër.
Kikai Labs, un desprendimiento de Enterprise Objects Consulting (EOC) dedicado al desarrollo de software y servicios informáticos, lleva invertidos unos u$s 70.000 en iniciar el proceso de producción a nivel local.
El perfil de los compradores de las impresoras 3D es variado, según comentan desde la firma. Una gran parte se vuelca al diseño de moldes y matrices, por ejemplo de maquinaria agrícola, como también al desarrollo industrial que encaran jóvenes emprendedores, o firmas dedicadas a la exportación de productos. También mostraron interés médicos y profesionales de la salud, que encuentran en este tipo de tecnología la posibilidad de visualizar fenómenos que, de otra manera, no lo habrían podido registrar.
Estamos convencidos de que será el comienzo de un largo camino en el que le proveeremos a la industria local una herramienta para que mejore y complete sus procesos y a los emprendedores la posibilidad de avanzar de manera más concreta con sus proyectos, agregó el ejecutivo.
Trimaker es la otra empresa argentina que se encuentra en plena fase de producción de impresoras 3D. La compañía gañó, en 2012, uno de los premios Innovar, que otorga el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y, al igual que en el caso de Kikai Labs, encaró el proceso de producción a partir del encargo de una primera partida, de unas 20 máquinas. El objetivo de la firma es iniciar la fabricación sostenida a partir de fin de año.
La historia del surgimiento de Trimaker es bien distinta a la de su competidora. Y tal vez un caso a seguir a futuro, teniendo en cuenta que se originó dentro de la cátedra de Emprending de la carrera de ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.
Fue la iniciativa de los alumnos Santiago Testorelli, Maximiliano Bertotto y Juan Chereminiano, que dio forma al proyecto para producir una impresora 3D a nivel local, la Tridimaker. La obtención del premio mencionado los llevó a crear una sociedad bajo la cual encaran la integración de las máquinas.
Actualmente, están produciendo sus primeras impresoras en su planta de Palermo. El objetivo es que, a mitad de año, ya puedan hacer una presentación más importante al público en general e iniciar el proceso productivo concreto hacia finales de este 2013. Para la compañía, la impresión en 3D cambiará la forma de hacer las cosas.
Eso llevará a los distintos sectores de la economía a readaptarse. Se modificará la manera en que se ven y se encaran las cosas dentro de una empresa. Y como se trata de algo que, invariablemente, irá evolucionando, permitirá también construir mejores productos, asegura a IT Business, Chereminiano.
El proyecto de esta empresa joven es avanzar no sólo en la producción local de este tipo de máquinas sino también en la provisión nacional de insumos. Como la impresora tiene como insumo básico una resina líquina (ver recuadro) que debe importarse, trabajan en un proyecto para hacerse de la licencia de esa materia prima para producirla en el país y, a futuro, también exportarla.
La exportación
La exportación forma parte de los planes de ambas compañías. Así, la Argentina parece estar marcando el camino en la impresión 3D a nivel regional. Si bien, en Brasil, también hay empresas que están iniciando la fabricación de estos equipos, es sabido que el gigante latinoamericano, primero, se aboca a su mercado y, recién luego, evalúa la conveniencia de salir al exterior. Esa es la brecha que los entreprenuers locales están tratando de aprovechar y, así, marcar el ritmo y el rumbo de este nuevo mercado en el continente.
Nuestra expectativa es poder encarar la exportación de nuestras impresoras a finales de 2013. Para ello, tenemos que tener bien encaminado el proceso de producción a nivel local, como también el posicionamiento y el abastecimiento del mercado interno, destaca Ruiz Camauër.
Por su parte, en Trimaker, primero, quieren hacer la presentación en sociedad de su modelo, hecho que ocurrirá a finales de mayo, en la Feria Puro Diseño, que se realiza en La Rural. Para sus responsables, ese espacio es ideal puesto que, hasta ahora, quienes han mostrado interés han sido joyeros, productores de animación, diseñadores.
Es decir, todos, perfiles muy diversificados que pertenecen a distintas industrias y que encuentran en esta máquina un nueva forma de encarar sus procesos de creación, subraya Chereminiano. Más allá de ello, en Trimaker, esperan que en septiembre ya esté en plena marcha la producción en escala de estas máquinas casi mágicas, que materializan proyectos y diseños.
Fuente: Cronista
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