Un espejo social de 140 caracteres
Por sinay
  
Jueves, 02/05/2013
Entre los cuestionamientos que se pueden hacer a las redes sociales hay uno que no les cuadra: el alto voltaje discriminatorio, la agresividad desmedida, la intolerancia serial que suelen asomar en esos espacios virtuales, especialmente en Twitter, no son producidos por ellas.

En todo caso allí se exhibe algo que ya existía. El anonimato, la ausencia física del otro, la convicción de que no se deberá responder por la consecuencia de lo que se diga y por cómo se lo diga quitan la última traba que frenaba a quienes salen a vaciar su resentimiento y su fanatismo en 140 caracteres (la pobreza de lenguaje y de ideas de muchos de esos mensajes suelen hacer que esos caracteres sobren).

La red social provoca de ese modo un efecto testimonial. En algún momento, si lo efímero de la virtualidad no borra toda huella, los antropólogos tendrán un rico material para detectar la sombra de una sociedad. Sombra tal como la consideraba Carl Jung: todo aquello que una persona, un grupo o una sociedad niegan, rechazan u ocultan de sí y proyectan en otro, dándose así excusas para la intolerancia, la discriminación, la difamación y, en casos graves, para exterminios y tragedias. Pero antes de esperar a que sea la historia la que estudie este fenómeno, su sola manifestación podría ser escuchada como un llamado de atención.

En el caso de la Argentina se da un significativo contraste entre una activa promulgación de leyes antidiscriminatorias y una virulenta e igualmente incesante descalificación de personas en las redes a partir de sus ideas, su sexo, su edad, su filiación política o deportiva y sus opiniones. La mayoría de las veces escudándose en alias, como si se admitiera la bajeza de la acción pero no se pudiera resistir a cometerla. Quizá también aquí está presente la sombra, para decir que no es tan importante lo que una sociedad muestra hacia afuera, sino cómo convive adentro. Y en esto el testimonio de las redes sociales (otra vez, Twitter en especial) puede ser impiadoso e insobornable.


Por sinay