Observaciones detalladas de explosiones masivas en el espacio exterior realizadas a partir de datos de la NASA han confirmado que los rayos cósmicos proceden de explosiones de estrellas llamadas supernovas, que emiten ondas de choque que aceleran los protones de los rayos cósmicos.

"Las energías de estos protones están mucho más allá de lo que los colisionadores de partículas más poderosos de la Tierra pueden producir", dijo Stefan Funk, astrofísico del Instituto Kavli y la Universidad de Stanford en California, que dirigió el estudio.

"En el último siglo hemos aprendido mucho acerca de los rayos cósmicos que nos llegan. Incluso hemos tenido fuertes sospechas sobre el origen de su aceleración, pero no hemos tenido la evidencia inequívoca de su confirmación hasta hace poco", agregó.

El científico observó los restos de dos explosiones de supernovas, una a 5.000 años luz de distancia en la constelación de Géminis, y otra a 10.000 años luz de distancia en la constelación de Aquila.

Los científicos observaron las características de la radiación gamma asociada con los rayos cósmicos que, a su juicio, confirma inequívocamente que su origen radica en estas explosiones estrellares.