El empate en el clásico español será más recordado por su intensidad que por su buen juego. Pudo ganarlo Barcelona, que dio el primer golpe y tuvo oportunidades para ampliar la ventaja, pero Real Madrid aprovechó una pelota parada para sellar la igualdad.

El Bernabéu fue testigo de un partido poco convencional. En cancha estaban 10 de los 11 jugadores que forman el equipo ideal de la FIFA. Con Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Andrés Iniesta en cancha, la figura fue Raphael Varane, un joven de 19 años que jugaba sus primeros minutos en este superclásico.


Messi ofreció una versión algo apagada. Poca participación para la Pulga, que tenía la oportunidad de igualar a Alfredo Di Stéfano como máximo goleador en el clásico español. El argentino sufrió la presión de los merengues y no pudo aprovechar la única oportunidad que tuvo para llevarse la victoria de esta capital.


Durante largos pasajes del partido Real Madrid logró su objetivo: le quitó rítmo a los culé. Con un gran esfuerzo de sus delanteros, las largas posesiones que acostumbran Sergio Busquets, Iniesta y Xavi se contaron con los dedos de una mano. Un partido de pura intensidad: golpe a golpe, pero con poca puntería.

Ninguno despreciaba el contragolpe. Con los merengues en campo contrario, Barcelona apostaba a la velocidad de Pedro y Messi. Así aprovecharon los errores de una improvisada defensa merengue. Un regalo de Carvalho sirvió el primero a Xavi, pero Diego López, el debutante arquero de Madrid, desvió un disparo de Xavi.


Los culés hacían equilibrio cuando la pelota pasaba por Xavi y aprovechaban algún tiro libre. Xavi tuvo otra vez el gol en sus pies: el remate pegó en el travesaño. Pero los circuitos no estaban aceitados; faltaban las paredes y las sorpresivas apariciones de los laterales. Messi también lo sufría.

En los merengues, comenzaba a destacarse Varane con oportunos cruces que neutralizaron los contragolpes catalanes. En una defensa local que se llevó un desaprobado, el canterano se destacó por velocidad, precisión y juego aéreo.

El primer golpe del partido llegó en la segunda etapa. Un error de Callejón y la rapidez de Messi para darle la asistencia a Fábregas, quien aprovechó y definió cruzado ante la salida de López.

Golpeados, los merengues respondían como podían. Pese a la desventaja, esperaron en su campo y salía rápido de contragolpe. Ronaldo tuvo el empate tras un centro pasado, pero llegó tarde justo debajo del arco.

Para Barcelona, el contragolpe era rentable. Lo tuvo Pedro tras una larga corrida, pero la pelota salió pegada al palo. También Jordi Alba. A los catalanes les faltó puntería. La racha goleadora de Messi se tomó un descanso. Pudo definirlo sobre el final, en una jugada confusa, pero López llegó primero.

El triunfo parecía volar a Cataluña, pero una pelota parada salvó al Madrid. Varane saltó más alto que todo Barcelona y dejó la semifinal de la Copa del Rey en suspenso.