Fiesta del Bautismo del Señor
Por bienaventurados
  
Domingo, 13/01/2013
La fiesta de hoy, con la que concluye el tiempo navideño, nos brinda la oportunidad de ir, como peregrinos en espíritu, a las orillas del Jordán, para participar en un acontecimiento misterioso: el bautismo de Jesús por parte de Juan Bautista.
Hemos escuchado en la narración evangélica:
"Mientras Jesús, también bautizado, oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y se escuchó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo predilecto, en ti me complazco"" (Lc 3, 21-22).

Hoy celebramos la fiesta del Bautismo del Señor. Esta mañana he conferido el sacramento del Bautismo a dieciséis niños, y por este motivo quiero proponer una breve reflexión sobre el hecho de que somos hijos de Dios. Ahora bien, ante todo partamos del hecho de que somos simplemente hijos: esta es la condición fundamental, común a todos. No todos somos padres, pero ciertamente todos somos hijos. Venir al mundo nunca es una decisión personal, no se nos pregunta antes si queremos nacer. Pero, durante la vida, podemos madurar una actitud libre con respecto a la vida misma: podemos acogerla como un don y, en cierto sentido, «llegar a ser» lo que ya somos: llegar a ser hijos. Este paso marca un viraje de madurez en nuestro ser y en la relación con nuestros padres, que nos impulsa a la gratitud. Es un paso que nos hace capaces de ser, también nosotros, padres, no biológica sino moralmente.

Del mismo modo, con respecto a Dios todos somos hijos. Dios está en el origen de la existencia de toda criatura, y es Padre de modo singular de cada ser humano: con él o con ella tiene una relación única, personal. Cada uno de nosotros es querido, es amado por Dios. Y también en esta relación con Dios podemos, por decirlo así, «renacer», es decir, llegar a ser lo que somos. Esto acontece mediante la fe, mediante un «» profundo y personal a Dios como origen y fundamento de nuestra existencia. Con este «» yo acojo la vida como don del Padre que está en el cielo, un Padre a quien no veo, pero en el cual creo y a quien siento en lo más profundo del corazón, que es Padre mío y de todos mis hermanos en la humanidad, un Padre inmensamente bueno y fiel. ¿En qué se basa esta fe en Dios Padre? Se basa en Jesucristo: su persona y su historia nos revelan al Padre, nos lo dan a conocer, en la medida de lo posible, en este mundo. Creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, permite «renacer de lo alto», es decir, de Dios, que es Amor (cf. Jn 3, 3). Y tengamos presente, una vez más, que nadie se hace a sí mismo hombre: nacimos sin haber hecho nada nosotros; el pasivo de haber nacido precede al activo de nuestro hacer. Lo mismo sucede en el nivel de ser cristianos: nadie puede hacerse cristiano sólo por su propia voluntad; también el ser cristiano es un don que precede a nuestro hacer: debemos renacer con un nuevo nacimiento. San Juan dice: «A cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios» (Jn 1, 12). Este es el sentido del sacramento del Bautismo; el Bautismo es este nuevo nacimiento, que precede a nuestro hacer. Con nuestra fe podemos salir al encuentro de Cristo, pero sólo él mismo puede hacernos cristianos y dar a esta voluntad nuestra, a este deseo nuestro, la respuesta, la dignidad, el poder de llegar a ser hijos de Dios, que por nosotros mismos no tenemos.

Queridos amigos, este domingo del Bautismo del Señor concluye el tiempo de Navidad. Demos gracias a Dios por este gran misterio, que es fuente de regeneración para la Iglesia y para todo el mundo. Dios se hizo hijo del hombre, para que el hombre llegara a ser hijo de Dios. Renovemos, por tanto, la alegría de ser hijos: como hombres y como cristianos; nacidos y renacidos a una nueva existencia divina. Nacidos por el amor de un padre y de una madre, y renacidos por el amor de Dios, mediante el Bautismo. A la Virgen María, Madre de Cristo y de todos los que creen en él, pidámosle que nos ayude a vivir realmente como hijos de Dios, no de palabra, o no sólo de palabra, sino con obras. San Juan escribe también: «Este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó» (1 Jn 3, 23).


Después del Ángelus
Después del Ángelus el Santo Padre saludó a los peregrinos en varias lenguas. En español dijo:

Celebramos hoy la fiesta del Bautismo del Señor en el Jordán, en el que se revela el misterio del nuevo bautismo del agua y del Espíritu. Os exhorto a hacer memoria del día en que fuimos iluminados sacramentalmente en Cristo y comenzamos nuestra existencia como hijos de Dios. Que el compromiso manifestado entonces y la fe que proclamamos, no dejen de resonar en nuestros corazones y nuestras voces. Muchas gracias.
ÁNGELUS | BENEDICTO XVI


LECTURAS 13 DE ENERO 2013:
Bautismo del Señor
Primera Lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7
"Mirad a mi siervo, a quien prefiero"

Así dice el Señor: "Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará,
hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano,
te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión,
y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas."

Salmo Responsorial: 28
"El Señor bendice a su pueblo con la paz."

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: "¡Gloria!"
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R

Segunda Lectura: Hechos 10, 34-38
"Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo"

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."

Evangelio: Lucas 3, 15-16. 21-22
"Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo"

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego."
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espiritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto."


Benedicto XVI: Bautismo nos une profundamente y para siempre con Jesús

Al celebrar esta mañana la Misa por la Fiesta del Bautismo del Señor, durante la que bautizó a 20 bebés en la Capilla Sixtina, el Papa Benedicto XVI señaló que lo que se produce en el Bautismo es la unión “de modo profundo y para siempre con Jesús”.

Al ser bautizados, indicó el Santo Padre, los cristianos estamos “inmersos” en la muerte de Jesús, “que es fuente de vida, para participar en su resurrección, para renacer a una vida nueva”.

He aquí el prodigio que hoy se repite también para sus niños: al recibir el Bautismo ellos renacen como hijos de Dios, partícipes de la relación filial que Jesús tiene con el Padre, capaces de dirigirse a Dios llamándolo con plena confidencia y confianza: ‘Abbá, Padre’”.

El Papa señaló que “insertados en esta relación y liberados del pecado original, ellos se convierten en miembros vivos del único cuerpo que es la Iglesia y capaces de vivir en plenitud su vocación a la santidad, de modo que puedan heredar la vida eterna, obtenida gracias a la resurrección de Jesús”.

En el sacramento del Bautismo que dentro de poco administraré a estos recién nacidos se manifiesta, en efecto, la presencia viva y operante del Espíritu Santo que, enriqueciendo a la Iglesia con nuevos hijos, la vivifica y la hace crecer, y por esto no podemos dejar de alegrarnos”.

El Santo Padre señaló que “el relato evangélico del bautismo de Jesús, que hoy hemos escuchado según la redacción de san Lucas, muestra la vía de abajamiento y de humildad, que el Hijo de Dios ha elegido libremente para adherir al designio del Padre, para ser obediente a su voluntad de amor hacia el hombre en todo, hasta el sacrificio en la cruz. Una vez adulto, Jesús da inicio a su ministerio público yendo al río Jordán para recibir de Juan un bautismo de penitencia y de conversión. Sucede lo que a nuestros ojos podría parecer paradójico”.

¿Jesús tiene necesidad de penitencia y conversión? Ciertamente no. Y sin embargo, precisamente Aquel que carece de pecado, se pone entre los pecadores para hacerse bautizar, para cumplir este gesto de penitencia; el Santo de Dios se une a cuantos se reconocen necesitados de perdón y piden a Dios el don de la conversión, es decir la gracia de volver a Él con todo el corazón, para ser totalmente suyo”.

El Papa recordó que cuando Jesús se hace bautizar por Juan “se abren los cielos y se manifiesta visiblemente el Espíritu Santo bajo forma de paloma, mientras una voz desde lo alto expresa la complacencia del Padre, que reconoce al Hijo Unigénito, al Amado. Se trata de una verdadera manifestación de la Santísima Trinidad, que da testimonio de la divinidad de Jesús, de su ser el Mesías prometido, Aquel a quien Dios ha enviado a liberar a su pueblo, para que sea salvado”.

Se realiza así la profecía de Isaías que hemos escuchado en la primera Lectura: el Señor Dios viene con poder para destruir las obras del pecado y su brazo ejerce el dominio para desarmar al Maligno; verdaderamente Jesús actúa como el Pastor bueno que apacienta el rebaño y lo reúne, para que no sea dispersado, y ofrece su misma vida para que tenga vida”.

El Papa indicó a los padres que “al pedir el Bautismo para sus niños, ustedes manifiestan y testimonian su fe, la alegría de ser cristianos y de pertenecer a la Iglesia”.

Es la alegría que brota de la conciencia de haber recibido un gran don de Dios, precisamente la fe, un don que ninguno de nosotros ha podido merecer, pero que nos ha sido dado gratuitamente y al cual hemos respondido con nuestro ‘sí’. Es la alegría de reconocernos hijos de Dios, de descubrir que nos encomendamos a sus manos, de sentirnos acogidos en un abrazo de amor, del mismo modo que una mamá sostiene y abraza a su niño”.

Esta alegría que orienta el camino de cada cristiano”, explicó el Santo Padre, “se funda en una relación personal con Jesús, una relación que orienta la entera existencia humana”.

Benedicto XVI subrayó que “quien ha experimentado esto no está dispuesto a renunciar a su propia fe por ninguna otra cosa en el mundo”.

A los padrinos y madrinas, indicó el Papa, “les corresponde el importante deber de sostener y ayudar en la obra educativa de los padres, flanqueándolos en la transmisión de las verdades de la fe y en el testimonio de los valores del Evangelio, en hacer crecer a estos niños en una amistad cada vez más profunda con el Señor”.

Sepan ofrecerles siempre su buen ejemplo, mediante el ejercicio de las virtudes cristianas”.

El Santo Padre recordó que “no es fácil manifestar abiertamente y sin compromisos aquello en lo que se cree, especialmente en el contexto en el que vivimos, frente a una sociedad que considera con frecuencia fuera de moda y fuera del tiempo a quienes viven de la fe en Jesús”.

Siguiendo la ola de esta mentalidad, también puede existir entre los cristianos el riesgo de entender la relación con Jesús como limitante, como algo que mortifica la propia realización personal”.

Citando a su libro La infancia de Jesús, el Papa dijo que “Dios es visto como el límite de nuestra libertad, un límite que hay que eliminar a fin de que el hombre pueda ser totalmente sí mismo”.

¡Pero no es así! Esta visión muestra que no ha entendido nada de la relación con Dios, porque precisamente en la medida en que se procede en el camino de la fe, se comprende que Jesús ejerce sobre nosotros la acción liberadora del amor de Dios, que nos hace salir de nuestro egoísmo, de estar replegados sobre nosotros mismos, para conducirnos a una vida plena, en comunión con Dios y abierta a los demás”.

El Santo Padre también indicó que el agua con la que “estos niños serán marcados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los inmergirá en esa ‘fuente’ de vida que es Dios mismo y que los hará sus hijos verdaderos”.

Y la semilla de las virtudes teologales, infundidas por Dios, la fe, la esperanza y la caridad, semilla que hoy es puesta en sus corazones por el poder del Espíritu Santo, deberá ser alimentada siempre por la Palabra de Dios y por los Sacramentos, de modo que estas virtudes del cristiano puedan crecer y llegar a su plena maduración, hasta hacer de cada uno de ellos un verdadero testigo del Señor”.

Mientras invocamos sobre estos pequeños la efusión del Espíritu Santo, los encomendamos a la protección de la Santísima Virgen; que Ella los custodie siempre con su materna presencia y los acompañe en todo momento de su vida. Amén”, concluyó.

Eucaristía: Presencia real del Señor: http://www.aciprensa.com/Eucaristia/index.html
Santísima Trinidad: http://www.aciprensa.com/fiestas/trinidad/index.html
¿Por qué la cruz?: http://www.aciprensa.com/Catecismo/lacruz.htm
Resurrección: http://www.aciprensa.com/Semanasanta/resurreccion.htm
La Iglesia: http://www.aciprensa.com/iglesia/index.html
Sacramentos: http://www.aciprensa.com/sacramentos/index.html
S.S. Benedicto XVI: http://www.aciprensa.com/benedictoxvi/index.html
Defensa de la Vida: http://www.aciprensa.com/vida/
Niños: http://www.aciprensa.com/Familia/ninos.htm
Las 598 preguntas que la Iglesia Católica te responde:
http://bienaventurados.com.ar/#JHS-IHS=m2xShYqGf42ad3eAi1aSg4KZf5qLmnCjqJOYp3eFoY93l3pnUpyU


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