El opuesto cubano arribó a Argentina para jugar la Liga en Personal Bolívar. En lo que representó la decisión más dura de su vida, renunció en 2001 a su país en busca de un mejor futuro.
Feliz, alegre, cómodo. Así se lo notó a Dennis en sus primeros días en Argentina. Está frente a un nuevo desafío, algo que no lo asusta ya que afrontó muchos en su vida. Probó suerte en Qatar, Kuwait, Dubai, también jugó de líbero pero nada se compara con la decisión de irse a Italia. Por lo tanto, es alguien acostumbrado a las grandes decisiones.
Con 35 años de vida sobre su espalda, hoy en día demuestra en cada una de sus palabras la experiencia que cosechó durante su camino, que, obviamente, está inundado por el voley.
¿Cómo te iniciaste en el voleibol?
Antes de jugar a este deporte era jugador de beisbol. Pero cuando llegaron las competencias de voley para menores, necesitaban jugadores y me dijeron si quería participar, así que acepté. Ahí empezó mi aventura en este deporte. Luego, me seleccionaron entre los mejores 15 jugadores de toda la competencia y pasé a ser parte del seleccionado nacional de menores. Era alto para lo que era la competencia, tenía 13 años. A esa edad tenía el deseo de jugar, sea a un deporte o al otro.
¿Qué es la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva) y cuál es su función?
La EIDE es una escuela de iniciación deportiva a la que no entran todos. Es una selección de todas las provincias y, una vez que lográs entrar, se estudia a la mañana y se entrena a la tarde. Pero la cuestión importante y bonita es que tenés que andar bien en los dos aspectos. Es una escuela que te brinda una gran formación para vivir.
¿Cómo empezó tu experiencia en la Selección Mayor?
Fue a los 17 años en una Selección en la que todavía continuaban jugadores de generaciones anteriores. El primer año comencé como líbero, que fue la primera temporada en la que se instauró la posición, en 1997. No era mi posición pero en defensa andaba bien, así que me probaron ahí y jugué durante ese año. Más adelante, en el 98, todavía estaba Hernández, que era el opuesto del equipo, y yo era su suplente. Sin embargo, el entrenador quería que jugara y entonces me puso como punta receptor.
El 27 de diciembre de 2001 es un día que jamás olvidará Ángel Dennis. Estaba en Bélgica participando de una gira con su Selección y tomó la decisión más importante de su vida. Se desligó de la delegación junto con Leonel Marshall, Ihosvany Hernández, Ramón Gato, Jorge Luis Hernández y Yasser Romero y se fue a jugar a Italia.
¿Por qué decidiste eso?
Fue un gran paso. Sabíamos que teníamos muchas cosas en contra pero íbamos a jugar el torneo más importante del mundo que, en ese momento, era el italiano y nos iba a permitir cambiar nuestro camino económico. Por otra parte, no sabíamos cuándo íbamos a poder regresar a Cuba, sabíamos que no podríamos visitar a nuestras familias. Yo fui el primero del grupo en tomar esa decisión. Cerré los ojos y me fui. Nuestro seleccionado era uno de los mejores del mundo y, por lo tanto, queríamos jugar en el lugar donde se practicaba el mejor voley.
Además de no poder jugar en tu Selección, ¿qué otras cosas resignaste?
Renuncié a la Selección y a nuestro país hasta que cambien las cosas. Ya van 12 años que no visito Cuba.
¿Sentiste miedo?
Un poco sí. Igualmente, ya había andado de gira por otros países con la Selección y conocí algunos lugares del exterior. Tuve miedo porque cambiaba completamente mi vida. Iba a un lugar que no conocía sabiendo que no podía retornar a Cuba.
¿Cómo lo tomó tu familia?
Como yo. Sabían lo que podía pasar. Por un lado, mi vida deportiva cambiaba pero, por otro, podía pasar muchos años sin poderlos ver.
¿Cómo era tu actividad en Cuba?
La competencia nacional duraba sólo dos semanas. El resto de los meses entrenábamos con el equipo nacional, preparándonos para los torneos nacionales. Hacíamos giras por Argentina, Brasil y Venezuela.
¿Cómo cambió tu vida en Italia?
Era otra cosa. Un país desarrollado en el que si sos profesional hacés una buena carrera. En cambio, si no lo sos, pagás. La diferencia entre Cuba e Italia es que en mi país existe un sistema en el que todos nos ayudamos y en Italia podés llegar arriba o la pasás mal, no existe una vida media.
¿Te adaptaste rápido a la vida italiana?
Sí, porque es un país latino, bonito. Además, jugaba al voley durante diez meses, estaba en lo que me gustaba. El idioma es muy parecido al español, así que me arreglé bien con eso.
Estuviste a un paso de representar a Italia. ¿Por qué no se pudo concretar?
Estuve todo un verano con la Selección italiana. Pero cuando llegó el momento de la competencia hubo discusiones entre las dos federaciones y, por lo tanto, no pude jugar. Era un momento en el que tenía muchas ganas de regresar a la competencia internacional. Ya estaba seleccionado entre los 12 pero, de un día para el otro, se derrumbó todo.
¿Extrañás la competencia de selecciones?
Antes sí. Ahora, no tanto. Van pasando los años y cuando llega el verano prefiero descansar. Igualmente, siete u ocho años atrás me hubiese gustado.
¿Cuál fue tu mejor momento?
Los dos últimos años en Lube Macerata y los primeros en Modena. Durante ese momento ganamos la Liga y Copas. En Modena ganamos un solo torneo pero me eligieron como el mejor jugador del campeonato. Fueron años muy positivos para mí.
Para la temporada 2012-13, Bolívar se reforzó de la mejor manera y uno de sus incorporaciones estrella es Ángel Dennis.
Ahora estás en Bolívar, ¿qué sabías del equipo antes de arribar?
Conocía poco. Había oído hablar cómo había nacido el proyecto, cómo había crecido. No esperaba venir a jugar a Argentina. Fue algo de un día para el otro. Me hicieron la propuesta, me contaron los proyectos que había y me decidí. No fue difícil tomar una decisión porque me contaron todos los planes que tenían, también cómo estaba organizado el campeonato. Ya conocía Argentina de haber venido con la Selección. Después de 12 años de juego en Italia, en Bolívar comienzo una experiencia nueva.
¿Qué conocías de la cultura argentina?
Me acuerdo de los partidos de fútbol entre Boca y River. Tengo un amigo argentino que siempre nos seguía y estábamos juntos. Recuerdo también las comidas, los asados. Tengo un muy lindo recuerdo.
¿Qué esperás de esta temporada en Bolívar?
Muchas satisfacciones, triunfos y logros. Sólo tenemos que mentalizarnos y estar tranquilos y así tendremos un año bonito.