Tras más de 30 años de experiencia como ingeniero espacial tanto en el campo privado como en la NASA, el físico Jim Adams tiene claro que la creatividad es fundamental en cualquier aspecto de la vida, incluso trabajos tan científicos como el suyo. Adams ha sido galardonado con la medalla de la NASA por su `Sobresaliente Liderazgo' y ahora acude como ponente al III Congreso de Mentes Brillantes: El Ser Creativo, que se celebrará en Madrid los días 6 y 7 de noviembre.
Muy Interesante: El ser creativo, ¿se nace o se hace?
Jim Adams: Creo que la creatividad es una habilidad innata al ser humano y, como tal, si no se ejercita puede debilitarse. Por eso es muy importante que las personas que ejercen trabajos muy analíticos tengan aficiones totalmente diferentes a su trabajo, de esta forma pueden seguir ejercitando sus `músculos creativos'. En mi caso, yo escribo cuentos cortos y poesía. No los publico porque, para mí, lo importante de escribir es el propio proceso creativo. Me da energía, me renueva, y me ayuda a pensar creativamente en otros aspectos de mi vida, como mi trabajo en la NASA.
Muy Interesante: En época de crisis, ¿qué importancia tiene el ser creativo o innovador?
Jim Adams: Pienso en un viejo dicho: "La necesidad es la madre de la invención". Cuando hay un problema, es el momento de que surjan nuevas oportunidades creativas. Esto es particularmente cierto en tiempos de crisis. No se me ocurre ningún ejemplo mejor que las soluciones del equipo de rescate que trabajó en la mina chilena de San José. Sus soluciones innovadoras, llevadas a cabo con determinación, salvaron a cada uno de los mineros atrapados en 2010. También vemos este tipo de cosas, a pequeña escala y sin ser tan dramáticas, en nuestro día a día. La creatividad cuenta.
Muy Interesante: En el futuro, ¿será posible que los astronautas vuelvan a casa saltando al vacío como hizo Felix Baumgartner hace pocos días?
Jim Adams: Lo dudo bastante. Felix saltó desde una altura de 39 kilómetros y llevaba una velocidad orbital de 0 kilómetros por hora. Los astronautas que regresan de la Estación Espacial Internacional comienzan a altitudes de 350 kilómetros y llevan una velocidad orbital de 27.500 kilómetros por hora. Se necesita un material muy especializado para soportar el calor que se desprende de esta reducción tan drástica de la velocidad. Estoy seguro de que siempre intentaremos proteger a nuestros astronautas en el interior de algún tipo de vehículo.