Científicos afirman que la nicotina es responsable de la reducción del neurotransmisor implicado en la oxigenación del cerebro, con efectos en el desarrollo neuroconductual del feto.
La nicotina reduce la tasa de oxígeno en el cerebro y afecta directamente el desarrollo neurológico del feto, pero estos efectos negativos solo pueden ser observados más tarde, durante la vida del individuo, señala un estudio publicado en septiembre por expertos del Centro de Evaluación y Medida de la Conducta CRAMC, de la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona, España.
La investigación realizada por un grupo de científicos del CRAMC estudió entre 48 horas a 72 horas después del parto, el comportamiento de 282 recién nacidos cuyas madres eran fumadoras pasivas o activas durante el embarazo. El estudio reveló notables efectos que pueden derivar en futuras patologías.
Aunque estos efectos negativos no sean visibles de inmediato después de la inhalación del humo por la mujer embarazada, estos se manifiestan más tarde en la vida del individuo.
Los recién nacidos expuestos a la nicotina en el útero tanto de manera activa como pasiva presentan afectación en varios aspectos de su desarrollo neuroconductual que pueden ser indicadores de futuras patologías, independientemente de los factores socio demográficos, obstétricos y pediátricos, revelan a la SINC las investigadoras Josefa Canals y Carmen Hernández, autoras principales del trabajo.
Según los científicos, la nicotina deteriora los neurotransmisores cerebrales, destruyendo la enzima MAO (monoamino oxidasa), responsable de la buena oxigenación de las células del cerebro.
La reducción de esta enzima puede provocar algunos trastornos del comportamiento tal como un aumento de la irritabilidad, la falta de atención, la hiperactividad y una tendencia a la adicción por las drogas, según el estudio realizado por los investigadores franceses.
El equipo de CRAMC, informó que el humo inhalado por una mujer embarazada puede alcanzar en la sangre del feto una concentración del 15% superior comparado con el de la madre, y la perturbación del buen desarrollo cerebral por la nicotina en los primeros meses de existencia, puede provocar una reducción de las repuestas fisiológicas, sensoriales, motoras y de atención frente al ambiente social.
Los efectos negativos de la nicotina fueron ampliamente difundidos en la investigación llevada por Ivan Berlin en 2009 y publicada en la revista Biological Psychiatry, titulada Reducción de la tasa de Monoamino Oxidasa A en las mujeres embarazadas y sus recién nacidos, que identifica el efecto de la nicotina en el cerebro.
Los científicos se dirigen ahora hacia una activa prevención en los padres, porque el vínculo entre un comportamiento social difícil y la perturbación de la vida fetal por la nicotina, el alcohol u otras sustancias tiende a confirmarse cada vez más.