Criminología: ¿cómo se estudia la personalidad de los asesinos y los terroristas?
El 11 de septiembre de 2001 el mundo miraba a Nueva York. Tres grupos de terroristas suicidas estrellaban varios aviones en diversos lugares de Estados Unidos y cambiaban para siempre el rumbo de la historia. Cuando se cumplen 11 años de aquel trágico suceso entrevistamos a Jesús Sánchez Gómez, doctor en criminología e Investigador en Análisis del Terrorismo, cuyos métodos de análisis de la psicología terrorista van más allá de un estudio psicológico de los sujetos, sino que también se centran en el aspecto clínico de las personas. De hecho ha publicado el "Manual de Clínica Criminológoca: Perfil de Peligrosidad Criminal" diseñado específicamente para elaborar perfiles de personas peligrosas y donde se incluye, como ejemplo docente los perfiles de peligrosidad de los yihadistas del 11-M.
En los últimos años el terrorismo se ha convertido en una auténtica plaga mundial. ¿Por qué? ¿Hay alguna razón psicológica?
El terrorismo, en general, parte de la premisa, en su diseño, de buscar efectos psicológicos a largo plazo, más allá de las víctimas inmediatas del atentado terrorista.
Desde esta perspectiva, la violencia política busca generar inestabilidad desde el impacto mediático, siendo aquí donde nos encontramos con la utilización, por parte de estas asociaciones, de unos instrumentos, relativamente modernos, que les sirve de altavoces para generar el miedo en la población y hacer oír su reivindicación política. Me estoy refiriendo a los medios de comunicación, lo que nos lleva a una apreciación magnificada del terrorismo en cualquiera de sus vertientes, ya sea nacionalista o religioso o meramente mercenario y con finalidad estrictamente económica.
No son tantas las organizaciones terroristas existentes, pero es cierto que los medios y formas que utilizan, con una propaganda mediática bien utilizada y con un efecto devastador e indiscriminado de su resultado criminal, genera en las personas un estado de ansiedad suficiente para mantener en alerta una situación que, a pesar de ser objetivamente escasa, es lo suficientemente impactante y cruel para conseguir su objetivo de terror.
No obstante, los discursos que manejan de máximos y utópicos hacen que se mantengan en el tiempo por irresolubles, cohesionando al grupo por su idilidad, siendo aquí donde entran en juego, al configurar el paradigma del grupo terrorista, diferentes aspectos; el psicológico, al que se refiere la pregunta, y otro, para mi entender muy importante, el sociológico.
Respecto al psicológico, estos sujetos participan de un constructo de personalidad inintimidable, de manera que con una apreciación egocéntrica de sus propios actos y creencias, y cargados, a su vez, de "su verdad", no temen ni a la pena ni al reproche social, si bien, esto no significa que presenten un déficit o patología psicológica, simplemente su personalidad les sitúa en una posición proclive a dar el paso al acto y cometer el hecho criminal.
Hasta aquí, cualquier persona se puede encontrar en situación de defender una idea por muy obsesiva que esta sea. Sin embargo, ese paso al acto para cometer el delito, necesita de un aspecto nocivo de la personalidad, capaz de pasar el umbral agresivo que determina la comisión del hecho.
Por otro lado, ya con predisposición psicológica para realizar la agresión, la forma en que pudiera ser cometida, respecto a la indiferencia afectiva con la víctima, proviene de otro rasgo de personalidad que, en su extremo, todos conocemos con la calificación de psicópata, aunque estos, en números absolutos, son escasos.
He dejado para el final de esta pregunta otro aspecto, relacionado con el constructo psicológico del sujeto, que se nutre de considerandos sociológicos.
La creación de la personalidad se gesta, con carácter preeminente, por las influencias sociales y ambientales. Por lo que la familia, el grupo de iguales y las influencias situacionales determinan una personalidad y un comportamiento.
Así, los agentes socializantes del entorno distante e inmediato, respecto a la cultura, los primeros, y dinámicas de grupo, respecto al segundo, posicionarán al sujeto en medio de unas creencias, de las que participarán personas de su entorno.
En una determinada instancia, el terrorista participará de un grupo, y querrá participar del mismo, adoptando un rol perverso; el sujeto necesita psicológicamente formar parte de un grupo con unas ideas socializantes determinadas. El grupo, a su vez exige, a cada uno de sus miembros, un determinado comportamiento y asunción de principios para cohesionar al mismo, por lo que demanda una actitud y una actividad que a su vez el individuo está dispuesto a aceptar para no ser rechazado del mismo, entrando así en una espiral viciosa cuya primera premisa para romperla ha de ser la desintegración de dicho grupo y la separación de los sujetos a fin de suspender las influencias nocivas.
En síntesis, los comportamientos terroristas vemos cómo se dirigen a influir en la psicología del ciudadano, al que necesitan llegar mediante el miedo, utilizando para ello los canales de comunicación que existen y que tienen a su alcance, es decir: internet, prensa, radio y televisión, actuando de manera que las reivindicaciones que hacen lleguen a cuanta más población mejor, produciéndoles el agobio de la posibilidad de ser víctimas de un hecho incierto y grave.
La televisión, a través de las películas y las series, ha acercado al público la criminología y la importancia de conocer la psicología de los asesinos. ¿Se muestra correctamente cuál es el trabajo de estos profesionales? ¿Cuáles son los fallos más habituales?
La televisión, al igual que otros medios de comunicación, vienen a centrarse en aspectos derivados de una personalidad enferma proveniente de psicosis como la esquizofrenia (película Psicosis) o personalidades de gran indiferencia afectiva, que no enfermas, como los psicópatas (película El Silencio de los Corderos), tratando el investigador de ficción de resolver y conocer la personalidad mediante exclusivamente una entrevista que realiza al delincuente.
En la realidad, los investigadores que hacen perfiles se acercan al conocimiento del delincuente desde un ámbito científico casi exclusivamente psicológico, tal como vemos en las películas, a excepción de agencias como el FBI o la CIA, que estudian la personalidad de manera más amplia, de manera interdisciplinar, es decir, ven la personalidad construida con factores que van más allá de la psicología. Aun así, a pesar de ser la mayoría de las películas y series de producción norteamericana, el mayor fallo es referirse al estudio de la personalidad del delincuente, tal como dije antes, sin mostrar cómo encajan en sus investigaciones otras áreas del conocimiento científico como la psiquiatría o sociología, entre otros, lo cual presenta a los espectadores de la película una sola parcela de la investigación real.
Igualmente, al presentarnos las películas, observamos cómo el investigador realiza la entrevista al delincuente de manera espontánea, cuando en realidad existe una fase de preparación exhaustiva, intensa y meticulosa de las preguntas a realizar.
Del mismo modo, en las películas, nos dan una apreciación de la investigación llevada casi de manera unipersonal, algo muy lejos del procedimiento, que siempre es fruto de un trabajo muy compenetrado de un equipo de investigadores.
¿Cree que llegará un día en el que, como en la película de Minority Report, podamos anticiparnos a los delitos?
El comportamiento de las personas, a pesar de ser consecuencia de una determinada forma de ser, fruto de la personalidad de cada individuo, que se construye en los primeros años de la vida, no es algo previsible en su totalidad, ya que viene influido por muy diversos motivos derivados, entre otros, de experiencias, estudios, creencias o patologías. Circunstancias que harán que un sujeto, en un momento determinado, pueda tomar una decisión u otra, pudiendo ser ambas totalmente opuestas.
En este sentido, la película Minority Report, no valora el comportamiento de la persona como algo fruto de experiencias y aprendizaje continuo, niega el libre albedrío y la capacidad del sujeto de adoptar la conducta que considera adecuada a cada situación como resultante de la propia madurez. A su vez, cada persona puede modificar su esquema corporal a lo largo de la vida. No se cometerá el delito de la misma forma si se tiene un cuerpo atlético que si se tiene una obesidad mórbida.
Igual que no se cometerá el delito de la misma manera cuando se tiene una biología sana que cuando se presentan patologías. Por poner un ejemplo, el comportamiento puede venir determinado por alteraciones hormonales que influyen sobre la glándula pituitaria, que se encuentra debajo del hipotálamo, glándula que participa en el proceso de síntesis de la conducta humana al vincularse con el razonamiento, con las emociones y puede encontrarse estimulada por la producción de las hormonas responsables de la conducta agresiva (la testosterona, entre otras).
Como vemos, sobre la conducta criminal no sólo influye la psicología o los procesos de socialización sino que, a su vez, aspectos biológicos podrán determinar un comportamiento. Por ello, el estudio de otras áreas del saber científico es imprescindible para entender el porqué de una conducta criminal pudiendo, en su caso, ser tratada desde un paradigma médico.
El comportamiento futuro de cada persona puede ser algo intuitivo pero en ningún caso podrá existir certeza del mismo.
¿Qué tiene de especial la metodología que usted aplica en sus investigaciones?
El método clínico criminológico parte de entender al sujeto como una entidad única, con una personalidad creada mediante un proceso de socialización, pero en continua evolución y capaz de ser alterada por muy diferentes factores. Por dichos motivos, a diferencia de otros investigadores, entiendo que el estudio de la personalidad criminal necesita, para la confección de su perfil, de un estudio que trascienda lo meramente psicológico. Así, la investigación de los continuos procesos de socialización y las influencias que el medio ejerce sobre el sujeto, las alteraciones biológicas, psiquiátricas o médicas, son necesarias para, de manera global, entender el comportamiento en un momento concreto.
Tras el análisis y diagnóstico del perfil de peligrosidad criminal, el método clínico permite, además de acercarnos al porqué de un comportamiento, poder realizar una cierta prospección e inducir un pronóstico intentando prever qué ocurrirá. Realizado esto, será posible, en gran parte, poder tratar la personalidad del sujeto, conocido de manera más global que desde una perspectiva psicológica, desde aquéllos aspectos nocivos que han determinado su comportamiento.
En otro momento, el método que venimos describiendo pudiera ser la base para la creación de protocolos que, a pesar de no ser estos cerrados y poder ser modificados conforme se vaya reuniendo información, seguro que se constituirán en una herramienta válida y utilizable para aumentar la prevención del delito mediante la identificación temprana.
Usted analiza aspectos de distintos ámbitos: psicología, medicina, biología... ¿Terrorista se nace o se hace? O dicho de otro modo, ¿qué papel juega la genética? ¿hay gente predispuesta a cometer delitos?
A excepción de los psicópatas, que nacen carentes de capacidad afectiva, de ahí que no sea una enfermedad, sino un déficit, por el cual tendrán un comportamiento incapaz de empatizar con otras personas a lo largo de su vida y que influirá en sus relaciones produciendo dolor, ya sea en el ámbito familiar, profesional o estrictamente delincuencial (terrorista o común), la personalidad criminal se genera, en gran medida, por las influencias sociales, aunque efectivamente influenciada por factores genéticos y bioquímicos aun por determinar ya que, en algunos aspectos, las investigaciones al respecto no son concluyentes si bien, si que viene quedando demostrado que, los factores biológicos que afectan al individuo predisponen su conducta, tanto altruista como nociva.
La pregunta, en este sentido, ha de contestarse diciendo que el delincuente, en general, se hace a partir de las relaciones socializantes, influida en determinados casos por considerandos biológicos, a excepción de los psicópatas, antes referidos, que dada su incapacidad de tener afecto se sitúan en una posición preeminente para realizar actos criminales de cualquier tipo.
La cultura, el adoctrinamiento y la dinámica de grupos, parecen ser los elementos determinantes para que un individuo, con predisposición biológica, pase a formar parte de una organización terrorista.
En base a sus investigaciones, ¿cree que deberían cambiarse las metodologías policiales? ¿Se podrían haber evitado atentados, como el del 11-S o el del 11-M conociendo más a fondo la manera de pensar de los terroristas?
Hasta donde conozco, las investigaciones de los cuerpos policiales y agencias de inteligencia consideran el estudio del sujeto mediante el perfil psicológico, circunstancia que claramente limita el conocimiento del individuo.
Si por un lado los cuerpos policiales dedican recursos a labores de información y por otro las agencias de inteligencia se dedican al análisis de la información con el fin de generar conocimiento, observamos cómo ambas instituciones se dedican a campos que, aún pareciendo lo mismo, son diferentes pero complementarios.
La excelente labor que realizan los cuerpos policiales buscando, detectando e interviniendo en circunstancias que pudieran perturbar la seguridad ciudadana queda escasa, de ahí que el trabajo de las agencias de inteligencia se dirija a elaborar la información para detectar con antelación posibles riesgos para la seguridad de las naciones, de manera que, generando conocimiento, se pueda comprender y valorar los hechos y prever su evolución.
Que duda cabe que algo ha fallado en los servicios de información de los cuerpos de seguridad y algo ha fallado en las agencias de información cuando, hasta donde sabemos, no se pudieron evitar los atentados. No obstante, hay que ser justos con ellos, una cosa es no conocer el peligro, que seguro que se conocía, y otra es no poder detectar cuándo y cómo realizarán el acto criminal. Ambas instituciones están compuestas por personas, no por adivinos, y por más que se dediquen, con la gran profesionalidad que día a día demuestran, los actos terroristas son fruto de estrategias de personas que también piensan.
A pesar de lo dicho, el estudio del perfil de peligrosidad criminal de los sujetos de los que se obtiene información, así como el estudio de los contextos criminógenos de manera multidisciplinar, seguro que permitiría avanzar un paso en la capacidad de prospección de aquéllas circunstancias que pudieran alterar el orden o la seguridad nacional.