Luego del encuentro frente a Brasil que depositó al seleccionado en semifinales, el escolta argentino, Emanuel Ginóbili, habló y no se olvidó de nadie, ni siquiera de Oberto y Nico Laprovíttola. Y dice que, aunque sean medianamente conscientes de esto, recién la medida real la van a tener en años.
Exhausto, pero feliz como pocas veces, Manu Ginóbili salió a la zona mixta de prensa y estuvo más tiempo que nunca. De hecho, se quedó solo y el colectivo de Argentina esperándolo nada más que a él. Pero poco le importaba en un momento tan especial.
¿Es un momento especial?
Sí, es especial, porque nos costó mucho llegar acá, y estar por tercer Juego Olímpico seguido en semifinales, es algo muy grande, muy grande, que recién vamos a valorar con el tiempo. Obviamente ahora lo hablamos, pero en años nos vamos dar cuenta en años lo difícil que fue esto, y lo difícil que va a ser repetirlo. Así que estoy muy orgulloso de ser parte de este equipo. Es increíble lo que estamos cumpliendo.
En el Mundial del 2010 en Turquía no pudiste estar y sufriste mucho aquel partido contra Brasil. ¿Te sacaste la espina?
Ehh, sí, aunque son campeonatos distintos. Los Juegos Olímpicos lo venimos diciendo desde hace rato que tiene un gusto particular. En el 2010 no pude estar por muchas razones, pero sabía que iba a estar acá, pensando en Mar del Plata para clasificar y llegar a Londres para ganar este partido, el que acabamos de ganar. Hoy lo logramos, obviamente queremos uno más, de eso no hay dudas, pero el objetivo primario está logrado y es enorme.
¿Nunca juegan mal estos partidos?
Hoy no jugamos muy bien, no fue un partido lindo. Por momentos sí lo fue, pero nos quedamos sin pilas, Brasil ajustó la defensa, fue muy físico, lo dejaron ser muy físico, y se hizo muy complicado anotar, pero encontramos la forma, y de eso se trata: de encontrar la forma, la vuelta, a un partido en el que no podés anotar. Lo ganamos con defensa, con rebotes, siendo físicos, y nos volvimos a meter donde queríamos.
¿Qué te pasa por la cabeza cuando un partido arranca como hoy, con una estrategia arriesgada, donde te meten 26 puntos en un cuarto, 13 de ellos un solo jugador?
Y, te hace pensar un montón de cosas. Definitivamente uno tiene primero el instinto de querer cambiar, de buscar otra opción. La realidad es que no cambiamos mucho, pero hicimos la defensa un poco más agresiva, Pablo estuvo más intenso, Facu también, pasando algún bloqueo por arriba, en otros por atrás. Lo que pasa es que los porcentajes de Huertas hasta hoy no eran muy buenos, no estaba tirando bien de tres. No me parecía alocado, pero cuando ves que un jugador empieza de esa manera, la verdad es que te llena de preguntas.
¿Y cuando se pusieron a dos en el último cuarto?
Sabés que no terminó, porque Brasil no se va a dar por vencido nunca en la vida, menos contra nosotros. No te relajás, pero sabés que ellos pueden tener un momento de meter dos o tres triples y volver al juego, pero tener una diferencia de 15 en un partido que sabés que va a terminar siendo defensivo, es un gran colchón. Sabíamos que habíamos conseguido algo muy importante y que solo era una cuestión de defender duro y meter algún puntito extra, pero sí, fue un momento raro.
¿Seguís creyendo que la camiseta no pesa?
Sí, no creo en eso. Bah, habría que ver, no estoy en la cabeza de ellos. Yo sé cómo lo tomamos nosotros un juego contra Brasil, o un cuarto de final, mejor dicho. Contra Grecia en el 2004 y 2008 fue igual, más físico todavía. Lo que está claro es que después de una seguidilla de éxitos contra ellos, no querés que el cambio se de justo ahora.
¿No te sorprendés ya cuando Pirigioni se levanta de la cama para jugar, Chapu agarra unos rebotes increíbles, Leo Gutiérrez se faja con Nené...?
Sí, o mejor dicho, hay jugadas en lo que lo ves al Chapu agarrar un rebote como un caballo y te decís, 'qué bárbaro', porque por ahí lo ves en el entrenamiento, renguea, se queja, dice que está podrido, y después lo ves en la entrada en calor y se pone el aro en el cuello. Sabés que el corazón de Leo es indiscutible, por más que regale velocidad, altura, hasta el rollito que tiene por ahí, pero se banca a quien sea. Cabeza estuvo impresionante. Con Luifa no estuvimos muy finos pero arrimamos y sumamos en otros casilleros. Y Pablo, obviamente, porque viene de estar una semana parado. Quiso jugar, nos dio todo lo que tenía, pero también el mismo Facu, que con 21 años viene y por ahí te cambia un juego. Pancho, que colabora, Pipa estuvo muy bien en el primer tiempo. Esto es un gran equipo. Por ahí es más fácil destacar lo que hago o Luifa, que hacemos muchos puntos, pero este es un grupo muy grande...el cuerpo técnico. Si vamos a hilar fino, Fabri Oberto, que no está acá con nosotros, pero es una parte nuestra importante, y lo extrañamos y se lo dedicamos y por momentos estaba acá, como Nico Laprovíttola, todos los chicos que formaron parte del proyecto, aunque alguno se haya tenido que quedar en el camino. Siguen siendo parte de esto, aunque no estén con nosotros. Es todo algo muy grande. Este grupo es mucho más que 12 jugadores.
Julio Lamas dijo que con la cara que vos tenías antes del partido se le animaba a cualquiera. ¿Cuál era la cara?
No se, no me miré al espejo y tampoco me saqué una foto. De todos modos lo que se notó es que el equipo estaba concentrado y con todas las pilas, y eso pasa desde el momento que salís de la villa y te dirigís a la cancha, y sabíamos que los cuartos de final consistían en "el partido", por el cual entrenamos durante cuarenta y cinco días, que dejamos a nuestras familias y pasamos un montón de cosas cuando podríamos estar tirados en una playa, todo por este día. Y si no dejas todo y vas con la cabeza metida en cada detalle del plan de trabajo, es como que estás traicionando al que está junto a vos. Y eso no lo podemos permitir.
¿Te sorprende haber llegado a esta instancia?
Siempre crei y lo dije en un primer momento, más allá de los que eran los mejores, el resto no eran tan o más que nosotros. Pero si te ponés a pensar decís, `estamos en las semifinales nuevamente en un juego olímpico y tres veces seguidas'. Es algo muy groso, no me sorprende que lo podamos lograr, pero si nos retrotraemos quince años y pensábamos que se podía lograr esto decíamos que era casi imposible.
¿Te da lo mismo ganar cualquiera de los dos partidos que vienen?
Bueno, obviamente que ganar el viernes ya tenés una medalla asegurada y vas por el oro, y no vas contra Estados Unidos. Así que está claro que queremos ganar el que viene, aún cuando no tenemos las mejores chances, no más del 5 ó del 10% de posibilidades, son pocas pero alguna hay y por supuesto que vamos a ir a dejar todo como siempre, y si no se puede pensaremos en el siguiente. Mientras tanto tenemos la posibilidad de ir a pelear por la final, así que vamos a ir a lucharla.
Haber ganado dos cuartos de final, ¿fue un plus en el partido de hoy?
No lo se, uno no está en la cabeza de Brasil, no sabe como piensa o como toman distancias decisiones. Y nosotros si, dos veces estuvimos en esta situación, en mundiales, en muchas otras y casi siempre con el mismo grupo. Pero no te puedo asegurar si a Brasil le pesó o no.
¿Pero no te da la sensación de que es como ocurría con Argentina en 1994 o 1998 contra Yugoslavia?
La verdad que no, no queremos pensar en eso porque no sirve y no suma. Creo que cuando pensamos como ocurrió por algunos momentos contra Túnez, y asi nos fue. Tenemos que ser humildes y ponernos el overol contra cualquier que nos toque jugar, porque la camiseta te puede ayudar en algún momento, pero si no le ponés intensidad y vas al rebote como ellos no lo ganás. Hay que ser humildes, respetar al rival y dejar todo en la cancha.