¿Sabías que el cablecarril más largo y alto del mundo es Argentino?
Por tomamateyavivate
  
Sábado, 14/07/2012
Las instalaciones en desuso del cablecarril más largo y alto del mundo son el eje de un circuito de turismo alternativo de Chilecito, en La Rioja, que se combina con pintorescos caminos y poblados, abrazados por la sierra más alta del mundo.

Chilecito ofrece excursiones, tradición y sus alfajores de vino

Se trata de la excursión Vuelta del Pique, que comienza y termina en Chilecito -cabecera de ese departamento del centro provincial- aunque con varias opciones de pernoctación y la posibilidad de desviar por la famosa Ruta 40 y pasar por la también conocida Cuesta de Miranda, rumbo al Parque Nacional Talampaya.

El cablecarril es una obra monumental de 35 kilómetros que sube más de 4.600 metros sobre el nivel del mar (msnm), construida por alemanes para una firma inglesa en 18 meses entre 1903 y 1904, con el que se extraían unas 400 toneladas diarias de minerales de la mina de oro La Mejicana, en el cordón de Famatina.

El sistema, que dejó de funcionar en 1950 al cerrar la mina y en 1982 fue declarado Monumento Histórico Nacional, cuenta con nueve estaciones, algunas de las cuales fueron acondicionadas como refugio de montaña para el turismo.

Las instalaciones edilicias, la maquinaria y las vagonetas se encuentran en perfectas condiciones y algunos rodamientos de los equipos giran con tal facilidad que hacen suponer que todo podría estar en funcionamiento si no fuera un virtual museo.

El circuito tiene cuatro opciones básicas para Senderismo, automóvil, bicicleta y caballos, que se multiplican al combinarlas y según la cantidad de horas o días que desee dedicarle cada turista, que siempre debe contar con un guía local autorizado.
El paseo ofrece un variado paisaje, con subidas y descensos en caracol hasta el punto máximo, a unos 3.000 msnm, un puesto en que se cultivaban nogales llamado El Pique, que le da el nombre.

Desde ese punto se pueden tomar senderos que llevan a la mina, al paraje Las Chúcaras o a Santa Florentina, o continuar el recorrido hacia Guanchín, un poblado ubicado unos mil metros más abajo.

Es bueno iniciar la excursión antes del alba, porque Chilecito está encajonada por el nevado Famatina -que con sus 6.200 msnm es la sierra más alta del mundo y tiene 400 kilómetros de largo- y otros cerros menores, lo que retrasa el amanecer sobre el pueblo.

Entonces, desde la ruta 14, de tierra, se puede disfrutar del contraste entre la ciudad en penumbras y los primeros rayos del sol que tiñen de naranja las faldas del Famatina y hacen brillar sus nieves eternas.

También conviene llegar a la estación Nº 2 del cablecarril a tiempo para ver, entre las hileras de vagonetas colgadas de sus rieles, el sol que asoma sobre las sierras más altas y, minutos después, ilumina la ciudad y el valle, allá abajo, y descubre sus tonos verdes, amarillos y rojos.

El viaje continúa entre cerros que también exponen diversos colores según sus minerales y vegetación, con vertientes y ríos de reflejos dorados -como el Amarillo- al fondo de las quebradas.

A partir de los 1.500 metros, desaparecen el típico algorrobo y las jarillas que bordean el camino, aparecen talas y viscos entre otra flora más baja, y se pueden oler los yuyos aromáticos.

La mayoría son plantas rastreras con propiedades curativas, como la yerba larca, similar al cedrón y que crece en muy pocos otros lugares de Argentina, o la carqueja, que se usa para el amargo serrano y el fernet y es buena para el hígado.

Una de las más famosas es la muña muña o sanalotodo, porque su infusión es un vasodilatador usado también como afrodisíaco, y los guías riojanos destacan que era consumida por su comprovinciano el ex presidente Carlos Menem.

También la fauna es variada aunque difícil de avistar desde vehículos, porque huye al oir los motores, pero sí pueden observarla quienes optan por el senderismo.

Las especies más fáciles de ver son las aves, en especial las rapaces, como grandes cóndores, aguiluchos y el águila blanca -especie en extinción- además de perdices y martinetas copetonas, y entre los mamíferos se destacan guanacos, zorros y la taruca o alce andino, como llaman al huemul, aunque muy difícil de avistar.

Toda la excursión ofrece constantes miradores a cada paso, pero hay dos puntos establecidos oficialmente que permiten una visión panorámica, en Las Chúcaras y Pampa de las Vacas.

Allí comienza el descenso que se aleja del cablecarril y tras cruzar el río Pismanta lleva a Guanchín, un pueblo de agricultores que cultivan nuez, almendros, duraznos y membrillos, a 2.000 msnm.

Además de degustar dulces y frutos locales, se puede visitar la iglesia de la Virgen del Valle o el Vía Crucis en miniatura que decora la plaza de esta comarca de menos de mil habitantes.

La última parada es Sañogasta, otra pequeña localidad serrana, cuyo atractivo principal es la Iglesia de San Sebastián, erigida en 1764, y de allí la Ruta 40 ofrece ir a Chilecito y culminar el circuito o tomar hacia el sur y descender la Cuesta de Miranda.

Este trayecto de 11 kilómetros de camino polvoriento de ripio rojo con caracoles y cornisas comienza en el puente sobre el río Miranda, que acompaña a la ruta 40 desde el fondo de la quebrada, hasta Bordo Atravesado, que es el límite con el departamento de Villa Unión, donde está el Parque Nacional Talampaya.

Fuente: Telam

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