Con la finalidad de simular los retos y ensayar procedimientos de trabajo en una misión a un asteroide, tres astronautas y un científico permanecieron 12 días sumergidos, a 20 metros de profundidad, en el laboratorio submarino de la NASA Aquarius.
Se espera que la primera expedición a un objeto celeste suceda en 2025, la cual podría tener una duración de entre uno y seis meses dependiendo del asteroide elegido.
La inmersiones de este tipo permiten simular la ingravidez del espacio, por ello la misión Neemo16 (Nasa Extreme Enviroment Mission Operations), que recién regreso a la superficie, realizó las mismas tareas que realizarían astronautas en el espacio, al mismo tiempo que probaban equipos y recogían muestras del fondo marino.
Aquarius, donde permanecieron los astronautas, es una estructura cilíndrica anclada al fondo marino y que mide 13 metros de longitud y tiene un diámetro de tres metros.
En este lugar, los llamados aquanautas vivieron con una presión 2.5 veces mayor a la que existe en la superficie. Además, para recrear las condiciones espaciales reales, los astronautas tuvieron que "llenar" su organismo con nitrógeno, viéndose obligados a llevar un lento proceso de descompresión, al momento de salir del agua.
La NASA prepara bajo el agua una futura misión tripulada a un asteroride