Con ritmo de Copa: Boca sacó una buena ventaja ante la U de Chile rumbo a la final
Por gastom
Viernes, 15/06/2012
En la Bombonera, ganó por 2 a 0, con goles de Silva y Sánchez Miño, y la semana que viene decide, en Santiago, el pasaje a la definición.
Boca ejercitó la memoria y se acordó de cómo hacerlo pese al transcurso de los años. Estuvo en sus venas, en su más pura esencia, como rasgos característicos de su estirpe. No le hizo falta ni siquiera una vuelta por el archivo. Comprendió, en medio de una escenografía que pareció montada para la ocasión, de suspenso y visión borrosa, cómo desenvolverse en un tramo decisivo de la Copa Libertadores y frente a uno de los equipos que marcó un estilo en los últimos años en América del Sur. Fue innato y concebido con la mayor naturalidad. Así dio a luz el triunfo por 2-0 ante Universidad de Chile que lo deja encaminado hacia la definición de la Copa Libertadores.
Los gestos de los xeneizes empezarán a explicarse a partir de una palabra clave: compromiso. Cada uno lo asumió. De atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, sin actitudes amarretas ni egos desmedidos. Fueron uno para todos. Boca, sólido en la primera parte y desequilibrante en la segunda, se tomó en serio eso de sentirse candidato al título en su misma casa y con un montón de miradas ávidas de triunfo.
Hubo compromiso en Mouche, que tras un pase fallido tuvo en sí mismo el valor de la recuperación: quitó la pelota, desbordó por la izquierda y le sirvió un centro a Silva que terminó en gol. El uruguayo, con una media vuelta impecable, y de zurda, solucionó el primer inconveniente en busca de la final. Ya con la ventaja, se equivocaron aquellos que supusieron minutos de espera y resguardo. El desarrollo siempre se movió bajo la tónica de las idas y las venidas. Boca, por el peso específico de sus individualidades, siempre pareció más compacto y profundo. Universidad de Chile asumió el reto que propuso su entrenador, el argentino Sampaoli, y no se refugió. Claro que los trasandinos no tuvieron tanta preponderancia en el campo adversario.
Riquelme fue otro de los pilares. Activo en la elaboración y dispuesto en alguna persecución, el N° 10, tal su costumbre, tuvo el manejo de los tiempos, de las pausas y de los pases verticales. Somoza se volvió importante en las coberturas, sobre todo cuando los mediocampistas visitantes se impusieron por los costados y Ledesma y Erviti quedaron fuera de foco. Silva se agregó a la nómina de los destacados. Se metió como una cuña entre los zagueros y obligó en cada ataque. A veces estuvo cerca del arco. Otras no tanto, pero nadie discutirá su servicial función en la causa colectiva.
Boca supo estirar la diferencia en el momento justo con varios toques a la máxima expresión. Todo empezó con una doble pared entre Silva y Riquelme, que vio libre a Erviti. El arquero dio rebote en el tiro del volante y Sánchez Miño, de atropellada, definió con el arco libre. Boca pudo haber aumentado con otros intentos de Mouche y Silva, pero todo se terminó antes de tiempo. Fue cuando los xeneizes no les dejaron margen de acción a los chilenos y se reforzó la superioridad.
El desquite se jugará el jueves próximo, en Santiago. Aunque los chilenos ya demostraron que saben cómo revertir resultados, Boca, seguramente, asumirá el compromiso con la naturalidad de aquellos que se sienten a gusto en los momentos trascendentales.
El futuro. Boca jugará el partido de vuelta el próximo jueves, en Santiago de Chile. Sin embargo, el domingo tendrá un partido clave por el torneo Clausura, ante Arsenal. Si convierte goles de visitante en la Copa, será finalista hasta perdiendo por dos goles.
Presente y futuro: Sánchez Miño, de tapado a figura y goleador de Boca
El joven, que debutó a fines de 2010 como volante central, se afianza como lateral izquierdo e hizo olvidar a Clemente; marcó el 2 a 0 ante la U. de Chile y es uno de los máximos anotadores en la Copa.
Se jugaban 8 minutos del segundo tiempo. Había lateral a favor de Boca, justo en la línea del mediocampo, a escasos metros del túnel local. Todos miraban la pelota, que en breve pondría en juego Roncaglia. En realidad, todos menos uno.
Juan Román Riquelme miraba a Sánchez Miño y le hacía gestos para que se sumara al ataque por la izquierda y que fuera una alternativa más.
La pelota se puso en juego, Riquelme construyó una pared con Silva y luego habilitó a Erviti. Su remate fue desviado por el arquero, que en la segunda jugada no pudo evitar el 2 a 0 de. Sánchez Miño.
Esa jugada es el broche de oro para el juvenil defensor de Boca, al que en ningún momento le pesó el hecho de reemplazar a Clemente Rodríguez en semejante instancia de una Copa Libertadores. La primera que juega el pibe.
Juan Sánchez Miño jugo un partido casi perfecto. Correcto en la marca (anuló a Junior Fernándes), rápido en los relevos defensivos, prolijo en la salida y criterioso a la hora de sumarse al ataque. Su único error fue a los 46 minutos del segundo tiempo, cuando se le escapó el balón al lateral, junto al juez de línea, en posición de. 7.
Este joven de 22 años, que debutó como volante central con Roberto Pompei el 5 de diciembre de 2010, pero que logró más continuidad y se afianzó como alternativa por la izquierda de la defensa con Julio Falcioni, es uno de los jugadores más destacados de Boca en este semestre, donde la rotación le permitió sumar minutos y mostrarse más que nunca. De hecho, hasta se convirtió en uno de los tres goleadores del equipo en la Libertadores con tres conquistas (Arsenal, Fluminense y la de anoche), las mismas que Santiago Silva y Pablo Mouche.
Los hinchas xeneizes, que llegaron a la Bombonera preocupados por la ausencia de Clemente, pasaron en 90 minutos regalarle a Sánchez Miño una ovación más que justa.
Mouche cumplió y se ganó su lugar entre los titulares
Le quitó el puesto a Cvitanich y tuvo una muy buena actuación, sobre todo en elprimer tiempo; asistió a Silva para la apertura y fue el delantero más punzante de Boca.
Después de muchos partidos, y de soportar incluso una crítica pública del propio jugador, Julio César Falcioni cambió y eligió a Pablo Mouche en lugar de Darío Cvitanich para acompañar en el ataque a Santiago Silva. No es que esta pareja fuera una novedad, ya que ambos habían jugado juntos en seis ocasiones, pero, en los otros casos, la reunión se había producido porque Mouche ingresaba como elemento de recambio, y no como titular por convicción del entrenador. Y la apuesta, en cierto modo, le dio frutos al DT. Mouche, ahora, supo ganarse un lugar; el tema es que esta posibilidad le ha llegado cuando su futuro, con muchas ofertas de por medio, parece alejarse cada vez más de la Boca...
Dentro de un partido parejo de todo el equipo, Mouche se fue ovacionado cuando dejó la cancha, reemplazado por Cvitanich. Ya había cumplido con una muy buena actuación, al mostrarse como el delantero más picante de Boca, con capacidad para moverse por todo el frente de ataque y asistir a Silva. El primer gol local, más allá de ser anotado por el uruguayo, tiene un alto porcentaje de elaboración de Mouche, que perdió la pelota, la recuperó, y desbordó por la derecha para dejar el balón en los pies de Silva. Esta vez le faltó marcar su propio gol, que estuvo cerca cuando recibió un gran pase de Riquelme por el centro del área, pero levantó su remate cuando estaba solo frente al arquero Herrera.
Después del 1-1 contra Fluminense, en Río, Mouche se quejó públicamente y reclamó un lugar entre los titulares; eso le costó una reprimenda y por eso le pidió disculpas al plantel, pero lo cierto es que éste es el mejor momento desde que juega en la primera de Boca. Aun ingresando en varios partidos desde el banco, es el principal goleador... aunque quiere irse. "Si me quedo, no voy a estar triste, pero en realidad quiero mejorar y progresar a nivel profesional, y por eso estaría bueno poder irme." Y la presión por tratar de alcanzar la triple corona, está claro, no lo afecta; Mouche es consciente de lo que se juega Boca: "Acá no alcanza con llegar a semifinales; en este club los objetivos son muy altos, hay que salir campeón porque de los segundos no se acuerda nadie".
Silva también hizo lo suyo. Llegado al club sólo para la Libertadores, terminó integrando también el equipo en el Clausura. Pero, por lo pronto, llegó para hacer goles en la Copa, y está cumpliendo. Anoche gritó su tercer tanto, luego de los que anotó contra Unión Española y Fluminense, pero éste fue el primero que el uruguayo convirtió en sociedad con Mouche desde el minuto cero.