Una investigación española y británica publicada hoy en la revista Science revela que las cuevas prehistóricas de Altamira y El Castillo, ambas en Cantabria, y la de Tito Bustillo, en Asturias, albergan el arte paleolítico más antiguo de Europa. Concretamente, en El Castillo hay un gran punto rojo en el denominado Techo de las Manos que fue pintado hace al menos 40.800 años.
Los investigadores, liderados por Alistair Pike de la Universidad de Bristol (Reino Unido), utilizaron el método de datación por series de uranio para fechar de forma absoluta el arte rupestre europeo con mucha más precisión. De este modo han podido datar costras y formaciones calcíticas que se encuentran en contacto directo con las representaciones rupestres. El investigador Joao Zilhao, del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Barcelona, lo ha defendido como el
método más preciso que existe, por encima, según ha señalado, del empleo del carbono 14 que, si bien permite fechar el carbón orgánico de la materia colorante utilizada en la realización de dibujos negros, no es tan efectivo con materias orgánicas, como las usadas para obtener los tonos ocres de las pinturas rupestrees españolas. Así en Altamira, que existen pinturas de ambos tipos, las más antiguas que se habían podido datar con el carbono 14 revelaban una edad de, como mucho, 18.000 años.
Zilhao ha explicado también que los resultados que ha aportado ahora el método usado en esta investigación, que permite fechar el uranio que queda atrapado en las películas de calcita que se crean, en ocasiones, en contacto con las pinturas,
no son cuestionables pues tiene una
fiabilidad máxima. En este sentido, ha explicado que en algunos casos se ha datado la película calcítica situada inmediatamente por debajo de la pintura, lo que permita hablar de una edad máxima de la pintura, y en otro la que se ha formado por encima de ella, lo que permite fijar un mínimo.
El disco más antiguo
Este es el caso de la pintura rupestre más antigua datada en esta investigación, el disco de El Castillo, en el que se ha estudiado la calcita superior, lo que permite hablar de un mínimo de 40.800 años, es decir, a comienzos del Paleolítico Superior (periodo auriñaciense), si bien podrían datar de hasta 45.000 ó 50.000 años. Según los investigadores, existe una
alta probabilidad de que esta pintura fuera obra de un neandertal, si bien han reconocido que no es una cuestión que
no se puede zanjar aún, dado que en esa fecha su presencia se solapaba con la llegada de los primeros Homo sapiens.
En el Castillo, además del disco, se ha datado una mano negativa en rojo hallada en el Techo de las Manos, que se dibujó hace más de 37.300 años; otro disco que se realizó, según indican los análisis realizados en las costras de calcita situadas por encima y por debajo de la figura, que se pintó entre 36.000 y 34.100 años; y un animal indeterminado en negro del Techo de las Manos, con una edad de hace al menos 22.600.
Por otro lado, en el caso de Altamira, se ha datado un gran signo triangular sinuoso pintado en rojo en el Techo de los Policromos, pintado hace más de 35.600 años, y también un caballo de color rojo, localizado en la misma ubicación, hace más de 22.000 años. Una de las dataciones más significativas en Tito Bustillo es un antropomorfo, cuyas costras se han podido fechar entre los 35.500 años (la inferior) y los 29.600 (la superior).
El estudio demuestra que las primeras poblaciones de Homo sapiens que llegaron al Viejo Continente tenían un
alto grado de capacidad simbólica que se concretó en la realización de figuras en cuevas y deja abierta la posibilidad de que los últimos neandertales realizaran también motivos rupestres con lo que se quitaría la
exclusividad a los humanos modernos.