Reforma del Código Civil: modificacion substancial del matrimonio, la familia, la vida
Por bienaven
  
Martes, 12/06/2012
“La ley no debe ser una copia de la decadencia de una sociedad”


Ante la inminente discusión en el Senado de la Nación del proyecto de reforma del Código Civil, Para Hacerse Oír-Hablemos Claro reproduce un artículo de el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, publicado el día jueves 17 de mayo un artículo titulado “El nuevo Código Civil”, en la sección opinión del diario "El Día", de La Plata yu reproducido por la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) el 18 de mayo ppdo., en el cual exhorta a los argentinos a no permanecer indiferentes ferente a la magnitud del cambio que ahora se intenta: "una reestructuración de la sociedad argentina”.


Se alteran estructuras fundamentales de la sociedad
“Ha sido presentado recientemente el anteproyecto de reforma del Código Civil, un volumen de 793 páginas. A pesar de la solemnidad otorgada al acto de presentación, el acontecimiento no logró concitar la atención general. Lo merecía la trascendencia del asunto, ya que el anteproyecto altera estructuras fundamentales de la sociedad argentina, y por lo tanto su configuración futura”, manifestó el prelado.

La vida humana desde la concepción
“Me refiero – dijo- a la protección jurídica de la vida humana desde la concepción, a la definición valorativa del matrimonio y la familia y a los derechos y el interés superior de los niños. Sobre estas materias hay que señalar graves deficiencias; es de esperar que se suscite un amplio debate fundado en estudios detenidos y rigurosos, que se atienda a las objeciones que puedan levantarse y se evite toda precipitación para promulgar el nuevo ordenamiento”.

Monseñor Aguer advirtió que “en la reforma proyectada se introduce una modificación sigilosa acerca del derecho a la vida desde el momento inicial de la existencia del hombre” y señaló que “El texto establece: `la existencia de la persona humana comienza con la concepción en el cuerpo de la mujer o la implantación en ella del embrión formado mediante técnicas de reproducción humana asistida'. Nótese la diferencia, injustificable desde el punto de vista científico, entre la persona concebida en el seno materno y aquella que inicia su trayecto vital en un laboratorio; ésta sólo es reconocida como persona a partir de su implantación en el útero de una mujer”.

El prelado aseguró que se hace una discriminación injusta porque “la circunstancia en que se ha originado esa vida humana es puramente accidental y no cambia la naturaleza del ser concebido, cuyo carácter personal es innegable”.

“Al eludir la tutela jurídica que corresponde a un ser personal, se quiere dejar abierto el camino a la legalización del congelamiento y el eventual descarte de embriones; se abandona así a esos seres humanos inocentes e indefensos a la posible comisión de cualquier atentado contra su vida”, denunció el pastor platense.

El arzobispo recordó que el anteproyecto admite las técnicas de procreación artificial, que son objeto de serios reparos éticos, “para satisfacer el deseo de algunos adultos de tener un hijo, como si ese deseo pudiera ser reconocido como un derecho” y agregó que “la donación de gametos y la escandalosa autorización de la fecundación post mortem atentan contra el derecho de los niños a la identidad biológica y a ser criados por sus propios padres; se alteran así las relaciones de maternidad-paternidad y filiación”.

La familia y el matrimonio
“Otro capítulo que resulta inaceptable es el que se refiere a la familia y a su fundamento, el matrimonio. Ahora se pretende avanzar consumando la liquidación del matrimonio”, aseguró monseñor Aguer y añadió que “la reforma proyectada elimina en el matrimonio el bien de la fidelidad; ¿qué queda de él sin este compromiso fundamental, sin la cohabitación y la apertura al bien de los hijos? La creación de una figura alternativa llamada `unión convivencial', prácticamente equiparada al matrimonio, agrava la banalización de la institución matrimonial, lo mismo que el recurso al divorcio, que será facilitado -entiéndase: fomentado- para que pueda obtenerse en una semana y a pedido de una sola de las partes. Lo único que el nuevo Código no reconocerá ha de ser el matrimonio indisoluble, unión estable de un varón y una mujer que comparten la vida y se prolongan generosamente en los hijos”.

“En todas las transformaciones contrarias a la verdad del hombre, a la naturaleza de la sociedad y a la tradición cultural y jurídica de nuestro país propuestas en el anteproyecto, se detectan las consecuencias de un error de principio. La ley abandona su función pedagógica, indispensable para orientar hacia el bien la vida de la sociedad, y se acomoda a lo que ocurre, legalizando conductas disvaliosas y disolventes”, afirmó el prelado.

El pastor de La Plata advirtió que el derecho a la identidad de los niños quedará vulnerado si “son entregados en adopción a parejas del mismo sexo y si son concebidos mediante técnicas de procreación artificial” ya que no podrán establecer el vínculo filiatorio biológico.

No podemos permanecer indiferentes
Como conclusión, monseñor Aguer resaltó que “la ley, con mayor razón un Código, debe ser una obra de sabiduría jurídica y política, no una copia de la decadencia de una sociedad. ¿Recuerdan ustedes el eslogan "los únicos privilegiados son los niños"? La inspiración de aquel viejo propósito, antitética de la que se refleja en el anteproyecto del nuevo Código, es un punto de referencia simbólico que permite medir la magnitud del cambio que ahora se intenta: una reestructuración de la sociedad argentina” y llamó a que “si somos ciudadanos, y no meros habitantes, no podemos permanecer indiferentes”.


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