La Vía Láctea chocará con su galaxia más cercana, Andrómeda, dentro de aproximadamente 4.000 millones de años, según científicos de la agencia espacial de Estados Unidos.
Imagen principal: Una ilustración muestra el cielo en 3.750 millones de años. Andrómeda (izq.) comienza a distorsionar el plano de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Los expertos de la NASA basaron sus cálculos en observaciones realizadas con el telescopio espacial Hubble.
Ambas galaxias se están atrayendo mutuamente por gravedad y el encuentro es inevitable. Tras la colisión deberán transcurrir otros dos mil millones de años para que ambas masas de estrellas se fusionen por completo y tomen la forma de una galaxia elíptica única.
Los cálculos se basaron en mediciones pioneras del telescopio espacial Hubble, que orbita la Tierra a cerca de 550 kms de altura.
"Después de casi un siglo de especulaciones sobre el destino de Andrómeda y de nuestra Vía Láctea, por fin tenemos una idea clara de cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos miles de millones de años", dijo Tony Sohn, investigador del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore.
Los científicos señalan que las estrellas están tan espaciadas dentro de cada galaxia que el Sol y sus planetas circundantes no correrían peligro.
Desde la Tierra, el encuentro de ambas galaxias se verá espectacular, siempre y cuando la especie humana aún sobreviva dentro de cuatro mil años.
"Andrómeda aparece actualmente como un pequeño objeto difuso que fue detectado por astrónomos hace más de mil años", dijo Roeland van der Marel, experto del mismo centro de investigaciones espaciales en Baltimore.
"Pocas cosas fascinan más a los seres humanos que conocer cuál será nuestro destino cósmico. Y es extraordinario poder predecir ahora que este pequeño objeto difuso algún día envolverá al Sistema Solar".
Movimientos laterales
Se sabe desde hace mucho tiempo que la Vía Láctea y Andrómeda se están acercando.
Andrómeda se verá estirada y la Vía Láctea distorsionada en 4.000 millones de años.
Actualmente se encuentran a una distancia cercana a 2,5 millones de años luz, pero convergen a una velocidad aproximada de 400.000km/h.
Hubble permitió medir en forma más detallada que nunca el movimiento de una región de Andrómeda conocida como M31.
"Es necesario entender no solamente cómo se desplaza Andrómeda en nuestra dirección sino también sus movimientos laterales, para determinar si nos pasará de lado o habrá una colisión frontal", explicó Van der Marel.
"Los astrónomos han intentado medir esos movimientos laterales durante más de un siglo, pero no lo habían logrado porque la tecnología disponible no era suficientemente sofisticada".
"Por primera vez pudimos medir ese movimiento lateral, también conocido como movimiento propio, gracias a la extraordinaria capacidad del Telescopio Espacial Hubble", señaló Van der Marel.
Sistema solar
Simulaciones digitales basadas en las mediciones del Hubble indican que ambas masas de estrellas acabarán formando una única galaxia elíptica similar a las que se observan comúnmente en el Universo.
Ambas galaxias se fusionarán en una única elíptica.
Aunque las galaxias se encontrarán, las estrellas individuales no chocarán entre sí porque el espacio entre ellas aún será enorme.
Los científicos creen, sin embargo, que una perturbación gravitacional podría hacer que todo el Sistema Solar cambie su posición.
Es probable también que la fusión dispare una fase intensa de creación de nuevas estrellas y que los agujeros negros supermasivos en los centros de cada galaxia se transformen en uno único.
Los investigadores de la NASA señalan que la galaxia Triangulum, o M33, la pequeña acompañante de Andrómeda, también podría ser parte de la gran colisión.
Lo que nadie sabe es si los seres humanos podrán ser testigos de estos eventos magnánimos.
En cuatro mil millones de años, el combustible nuclear en el Sol habrá comenzado a agotarse y nuestra estrella habrá comenzado a aumentar de tamaño, explicó Van der Marel.
"Debido a la evolución natural del Sol, su temperatura aumentará más y más y en unos pocos miles de millones de años será tan caliente que la vida tal como la conocemos hoy en la Tierra no será posible", dijo el científico de la NASA.
"Pero como estamos hablando de un futuro distante en miles de millones de años, yo personalmente no creo que esos cambios signifiquen necesariamente que nuestra civilización no estará presente".
"Por ejemplo, si inventamos una forma inteligente de convertir la energía solar en aire acondicionado, podríamos seguir viviendo en nuestro planeta".
Fuente: BBC