Gustavo Porporatto, listo para el regreso.
Hoy estoy muy bien y brindo por eso. Sin dudas, son palabras que el vóley celebra. Después de haber decidido tomarse un tiempo y alejarse del deporte hacia fines del 2010 para instalarse en su Córdoba natal, hoy Gustavo Porporatto está listo para volver. Con ilusiones y la motivación renovada, el central ya empezó a despuntar el vicio en la Liga cordobesa y podría jugar la próxima Liga Argentina, para la cual ya ha recibido llamados.
Relajado en sus pagos y mientras trabaja en su negocio familiar, al mismo tiempo que juega para Municipalidad de Córdoba, Porporatto charló con Somos Vóley y contó cómo vivió todo estos meses y por qué ya se siente preparado para volver.
¿Cómo fue este año y medio alejado del vóley?
La verdad que fue bastante movidito. En primer lugar, tengo un maxikiosco y venta de Quiniela, que es un negocio familiar y me ocupa algunas horas. Estuve estudiando Instructurado en Musculación e hice una experiencia como entrenador en la Liga de Córdoba, que fue muy bueno y algo que disfruté bastante, además de seguir siempre a Belgrano. Ahora además del negocio, empecé a jugar para la Municipalidad de Córdoba con Giachetta, Sueldo, Miguel García, entre otros.
¿En qué sentís que te ayudó este período?
Este tiempo ha sido muy importante porque nunca me había tomado el tiempo suficiente para asimilar y superar ciertas cuestiones personales, para vivir otras cosas, para saber qué hay detrás de la vida del voleibolista, que uno se compenetra de tan chico. Y este tiempo la verdad que me abrió mucho la cabeza y me ha hecho madurar y crecer. Agradezco este período alejado porque me hizo ver muchas cosas buenas.
Durante este tiempo sin jugar... ¿Cuánto extrañaste el vóley?
Al principio estaba muy centrado en mí y trabajando mucho en lo personal, pero con el tiempo empecé a tener más ganas, me puse a ver más vóley y esas ganas fueron creciendo bastante. Por eso este año arranqué a entrenar desde lo técnico y lo físico ya que sabía que podía haber posibilidades de volver, incluso a la Liga, y hubo algunos llamados de clubes interesados que hicieron que la motivación sea mayor todavía. Se extraña jugar, festejar los triunfos, los partidos de fútbol en la entrada en calor, que la gente te reconozca, compartir cosas con los compañeros...
El día que volviste oficialmente a jugar para la Municipalidad... ¿Cómo viviste ese partido? ¿Lo disfrutaste?
Sí, la verdad que sí. Fue un partido bastante disputado con Carlos Paz que pude jugarlo, disfrutarlo y transmitir cosas a los demás, algo que a mí me llena: poder ayudar no sólo a tus compañeros, sino también a los jugadores jóvenes y ver cómo crecen es muy gratificante. Como dije antes de dejar, cuando uno no está bien no puede estar espiritualmente, uno juega por experiencia y talento, pero cuando te encontrás bien puede salir ese espíritu que a uno lo lleva a identificarse más y transmitir cosas y, en consecuencia, rendir mucho más y disfrutarlo más también.
¿Cómo te gustaría que sea la vuelta a la Liga Argentina?
Como la de cualquier deportista, siendo campeón. Pero más allá de eso, sería interesante volver a ver mis ex compañeros, la gente alentando, prepararse para jugar... todo eso que rodea al vóley. Además, en este momento la Liga está cada vez más competitiva, no es que hay un solo equipo como pasó en Ligas anteriores, sino que hay un lote de 6 equipos que pueden llegar a la final, equipos que no sólo con nombres llegan a la final, sino con trabajo e identidad de equipo.
¿Qué te pareció que una plaza que conocés desde adentro como la de UPCN se haya consagrado bicampeón de la Liga?
Me parece perfecto y lo tiene merecido. Conozco a todos los jugadores y sé lo que dieron para lograr esto, además de gente como Pepe Villa, que la peleó varios años manteniendo la plaza y no yéndose como pasó con algunos equipos en Ligas anteriores, él tuvo paciencia y tuvo su rédito.
¿Cómo te acompañó el ambiente del vóley en este tiempo que no jugaste?
Me supieron entender y me sentí muy apoyado. Muchos me insistían para que volviera ya que sostenían que soy joven, que tengo potencial, pero justamente por todo eso me tomé el tiempo necesario y hoy estoy muy bien y brindo por eso.
Se viene el Preolímpico para la Selección y a vos te tocó jugar los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. ¿Cómo explicarías la sensación de estar en una competencia de esa magnitud?
Es único, es lo máximo para un deportista. No sólo por lo deportivo, sino por lo humano: convivís con los mejores de tu país y con los mejores del mundo, podés estar sentado comiendo, girás la cabeza y lo tenés a Roger Federer al lado tuyo. También estar en la Villa Olímpica es hermoso, las ceremonias que se hacen como la de la Apertura, que es increíble y no podés parar de gritar de la emoción.
por María Eugenia Candal