Desde su descubrimiento, allá por el año 1976, las misteriosas Caras de Marte no han dejado de sorprender y cautivar a las mentes más brillantes de la ciencia y a los simples aficionados a la astronomía. Un rasgo característico del planeta y localizado en la región de Cidonia, que en opinión de muchas personas tiene forma de rostro humano.
Esta singular e inconfundible formación geológica fue fotografiada por primera vez el 25 de julio de 1972, por la sonda espacial norteamericana Viking 1, que en ese preciso momento orbitaba alrededor del planeta. La comunidad científica defiende que esta desconcertante formación rocosa es otra de las muchas mesetas que existen en la región marciana de Cidonia.
El cerebro humano distingue una cara porque reconoce patrones conocidos en esta formación geológica. Desde un punto de vista científico, la combinación del ángulo de iluminación de la luz del Sol y la poca calidad de la fotografía suavizan los rasgos, logrando engañar a nuestro cerebro.
Fenómeno psicológico
Sin embargo, hay quienes no aceptan esta explicación y defienden teorías con poca base científica. Según una de estas interpretaciones, esta inquietante formación rocosa sería la prueba de que existe vida extraterrestre en el planeta. Una explicación que los astrónomos consideran poco probable, ya que según la comunidad científica se trata de un fenómeno únicamente geológico.
Existen numerosas fotografías que rechazan por completo todas esas teorías que relacionan las Caras de Marte con la existencia de extraterrestres. En cualquier caso, la desconcertante y singular formación de esta meseta rocosa despierta la curiosidad e imaginación de muchas personas, que defienden infinidad de teorías y conspiraciones extraterrestres. Un fenómeno psicológico conocido como pareidolia que hace que un estímulo sea percibido por nuestro cerebro de una forma totalmente errónea, como en este caso, unas extrañas imágenes.