La actividad solar ha aumentando en los últimos años de manera espectacular. La amenaza de tormentas solares cada vez más frecuentes e intensas, que pongan en peligro nuestros sistemas eléctricos terrestres, es algo que muchos expertos advierten desde hace tiempo.
Un riesgo que se ha multiplicado en los últimos años y para el que los científicos consideran que deberíamos estar preparados, puesto que no saben qué intensidad máxima puede alcanzar una tormentar solar y cuáles serían las repercusiones en nuestras comunicaciones eléctricas.
Los astrónomos temen que se pueda repetir la tormenta geomagnética que azotó a la Tierra los días 13 y 14 de marzo de 1989. Las partículas ionizadas provenientes del Sol provocaron un apagón en Quebec (Canadá), destrozaron un transformador en Estados Unidos y Reino Unido, y afectaron también a muchas agencias espaciales que perdieron comunicación con miles de sondas y satélites.
Prepararnos para posibles tormentas
Una amenaza que podría volver a repetirse, incluso en mayor intensidad, y para la que deberíamos prepararnos. Esta advertencia es la que ha lanzado el Consejo de Instalaciones Tecnológicas y Científicas del Reino Unido, en declaraciones a la revista especializada Nature.
Una seria amenaza que los gobiernos deberían tomar en consideración, puesto que nuestra sociedad actual depende por completo de los sistemas eléctricos. Los científicos aseguran que es posible predecir el clima espacial a corto plazo, por lo que la necesidad de adaptar nuestras comunicaciones eléctricas ante una súper tormenta solar, es una realidad que no se puede eludir.
Las soluciones que proponen los astrónomos son mejorar la disponibilidad de datos del clima espacial, desarrollar modelos más sofisticados que puedan predecir las posibles tormentas solares, y aumentar la protección de las redes eléctricas, de los GPS y de los sistemas financieros, que son los sistemas que más riesgo corren.
Llamaradas solares golpean la Tierra
En los últimos años, el Sol se ha convertido en un importante objeto de estudio para la comunidad científica y para muchos aficionados a la astronomía. El nuevo ciclo de vida del astro rey ha centrado muchas investigaciones, que tratan de determinar los posibles efectos de los cambios que está experimentando el Sol, y uno de los más importantes son las llamaradas solares que están envistiendo a muchos planetas de la Vía Láctea, y entre ellos la Tierra.
Una de estas llamaradas solares, la más potente hasta el momento, impactó contra el campo magnético de nuestro planeta, el domingo 22 de enero, obsequiándonos con un espectáculo de sobrecogedora belleza. Impresionantes auroras que cubrieron nuestro cielo con múltiples colores, y que pudieron verse en Rusia, Dinamarca, Escocia, Inglaterra y Noruega.
Sin embargo, no es la primera llamarada que ha golpeado la Tierra y tampoco será la última, aunque por el momento sí ha sido la más potente de todas. Los científicos confirman que la mancha solar 1401 es la culpable de estas llamaradas. Un fenómeno que ha despertado el interés de muchos científicos, ya que el impacto de estas llamaradas podría provocar un evento tecnológico de consecuencias catastróficas.
El riesgo de una tormenta solar es cada vez mayor, al igual que la probabilidad de que afecte a las infraestructuras terrestres. Las redes eléctricas, las telecomunicaciones, la navegación por satélite, los medios de comunicación, los transportes aéreos y marítimos o las redes de suministros básicos, podrían verse afectados seriamente.
Un buen ejemplo de la impresionante potencia de la llamarada solar del pasado domingo 22 de enero, es la espectacular imagen que acompaña a nuestro artículo de hoy. Un fenómeno que ha provocado que muchos centros de investigaciones, como la NASA, comiencen a estudiar la actividad solar y en concreto la mancha 1401, la principal culpable de esta situación.