El llamado Internet de las Cosas es un concepto simple y a la vez complejo que abre la puerta a que la mayoría de los objetos que usamos de manera cotidiana estén conectados a la red. Por tanto, elementos de nuestro día a día como nuestras prendas de vestir o nuestros complementos podrían ofrecernos servicios de comunicación, localización o, incluso, compaginar la información de nuestro entorno con información disponible en la red en un interfaz de realidad aumentada. Hace poco, Google presentó Project Glass, unas gafas de realidad aumentada que prometen cambiar la forma en la que interactuamos con el mundo que nos rodea y, según se puede deducir de una nota escrita por Michael Abrash de Valve, la compañía también estaría experimentando con un sistema que podremos llevar puesto y nos llevará al mundo de la realidad aumentada.
Valve es una compañía de videojuegos mundialmente conocida por éxitos como la saga Half-Life o Counter-Strike y desde hacía unos días se rumoreaba por la red que estaban preparando algo que nos iba a sorprender puesto que habían lanzado varias ofertas de empleo para incorporar ingenieros de hardware a la compañía (algo que encajaba con algunos rumores que decían que quizás estaba desarrollando su propia videoconsola).
Al final, Michael Abrash en una extensa nota en el blog oficial de la compañía ha disipado algunas dudas y, desde luego, ha sembrado algunas otras. Por lo que cuenta, la compañía está desarrollando algunos prototipos de sistemas que permitan al usuario mezclar imágenes de su entorno con imágenes generadas por un ordenador, es decir, realidad aumentada. Además, según Abrash, la visión que tienen en Valve es la de un futuro en el cual los usuarios no tendrán que sostener un dispositivo con una pantalla, sino que las imágenes del dispositivo se integrarán en unas gafas, unas lentes de contacto o, incluso, con algún tipo de conexión neuronal.
Estoy bastante seguro que este cambio de paradigma ocurrirá como muy tarde en unos 20 años, seguramente dentro de 10 y no antes de unos tres o cinco años, puesto que las áreas clave como el procesamiento, la potencia y el tamaño y los interfaces de salida (que deben poder llevarse puestos) necesitan aún mucho camino por desarrollar. Además, deben resolverse algunas cuestiones importantes relativas a los interfaces de usuario y las aplicaciones prácticas de la realidad aumentada.
Por ahora, todo este trabajo forma parte de una línea de desarrollo experimental más vinculada a la prospectiva tecnológica que al desarrollo de un producto comercial, de hecho, a diferencia de Google no se han mostrado casos de uso ni nada por el estilo. Sin embargo, deja bastante claro que nuestra forma de relacionarnos con la tecnología va a cambiar sustancialmente puesto que los dispositivos van a estar muy enfocados a la movilidad y, sobre todo, irán desapareciendo los interfaces a los que estamos habituados para adoptar interfaces invisibles con los que interactuar de manera mucho más natural. Abrash comparaba esta visión con el tipo de visión artificial que se mostraba en la película Terminator, es decir, la superposición de datos e imágenes por ordenador sobre la visión real del entorno, algo que ya están explorando desde el Departamento de Defensa de Estados Unidos para equipar a sus tropas.