Cuál es el perfil de las víctimas y cuáles fueron las formas de reclutamiento utilizadas para someterlas
Aunque ellas no se den cuenta, alguien siempre las mira con lujuria, estudia minuciosamente sus movimientos y las acecha como un lobo feroz hambriento y sin escrúpulos. Haciendo primar su instinto animal y dejando de lado cualquier atisbo de humanidad, cada detalle es analizado para definir cuál va a ser la mejor estrategia para cazar esa presa, tan ansiada por un mercado con gustos tan ilimitados como extravagantes. Sus atributos físicos, su entorno, su situación socioeconómica, sus necesidades, su personalidad . Todo esto sucede sin que ellas -y mucho menos la sociedad en general- sean conscientes de que cualquier mujer entre los 18 y 25 años es una posible víctima de trata en nuestro país.
Es cierto que para que una chica sea reclutada por las mafias de la explotación sexual tiene que haber un cliente -o varios- detrás. En este punto, la aceptación social que existe hacia la prostitución no colabora para desmantelar este circuito vicioso, abusivo y cruel que sigue vigente, gracias a una profunda complicidad de las autoridades en todos sus niveles.
Cuando se están cumpliendo los 10 años del secuestro de Marita Verón y el juicio de su causa expone en los medios esta trama oculta y corrupta que golpea todos los días a niñas y adolescentes que lamentablemente no llegan a las primeras planas de los diarios, vale la pena indagar sobre qué tipo de mujeres son las que están más expuestas a ser captadas por estas redes y cuáles son las formas más comunes de reclutamiento. Para eso, además de las voces de los especialistas, nada mejor que los testimonios de las víctimas en primera persona para intentar entender cómo es vivir este horror en carne propia.
"Mi cuerpo es mío", dice Carina Ramos, como convenciéndose de un principio que le costó sangre, sudor y lágrimas poder hacer realidad. Hoy, con 37 años y un rostro que muestra las marcas que le dejó el haber sido víctima de trata durante un tiempo que no quiere recordar, se sienta en el subsuelo del local de la organización social La Alameda, dispuesta a contar su historia.
Cuando tenía 20 años y vivía en Mar del Plata, conoció a un chico encantador en un cumpleaños que le dijo que trabajaba en una planta de gas. Todo era tan increíblemente perfecto que al poco tiempo se fueron a vivir juntos, sin darse cuenta de que estaba firmando su sentencia de muerte.
"Un par de meses después me dijo que tenía un cabaret y que quería que trabajara para él. Como le dije que no me mandó violar, después me violó él, pero lo peor era que me amenazaba con matar a mi hijo. Entonces me quedé trabajando ahí durante 2 años", cuenta Karina con resignación, pero con la seguridad de que todas esas imágenes grotescas que están grabadas a fuego en su cuerpo y en su corazón son parte de su vida pasada, porque ahora quiere empezar a escribir una nueva historia para ella y su hijo Walter, de 18 años.
"Yo vivía con él y durante el día me llevaba al prostíbulo. Un día no aguanté más, junté todo y me vine a Buenos Aires con mi hijo sin conocer a nadie", cuenta Karina, que en un primer momento se puso a trabajar de lo único que sabía hacer: prostituirse. "Llegué al boliche Black (en Ayacucho y Alvear) por no tener recursos. En ese momento me entrevistó el gerente, que me explicó las reglas. Las chicas de salón íbamos al hotel de los clientes. Las bailarinas a veces hacen los pases en el VIP. Esto es muy reservado, no para todos. Esto cuesta 500 pesos. Para la chica quedan 100 y para el local, 400. Es obligatorio que el cliente tomé dos copas. En total, 200 mujeres; algunas vienen de Brasil y Paraguay", dice Karina, mientras aclara que durante su período de reclusión nunca la obligaron a consumir drogas, pero sí a venderlas en los prostíbulos.
En 2002 Karina entró en el programa de protección al testigo porque tuvo el coraje de denunciar a sus tratantes, abriendo una nueva etapa de persecución y miedo en su biografía. "Es peor denunciar que no denunciar. Acá no hay nadie que te pueda proteger de nada y las autoridades están entongadas con los narcotraficantes. Es increíble cómo todos los días mueren chicas. Yo estoy viva de milagro", agrega una Karina de ojos saltones, que aún hoy se encuentra en situación de riesgo.
Un tratando de apodo Facha fue quien en varias oportunidades la secuestró, violó y torturó para doblegarla a que siguiera con sus labores sexuales. Así fue como durante 2010 y 2011 estuvo trabajando en Madaho's de Recoleta.
"Lo único que quiero es alejarme de este ambiente, poder trabajar para pagar el alquiler y empezar de cero", concluye Karina mientras mira a su hijo con un sentimiento puro que ni los actos más perversos que la obligaron a hacer pudieron quitarle: amor de madre.
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Como con todos los flagelos atravesados por la corrupción, el narcotráfico y el delito, no existen en la Argentina cifras confiables sobre la magnitud de la trata sexual de personas en su territorio. Lo que sí se sabe es que nuestro país es un país de origen, tránsito y destino de mujeres y niñas con este fin. La mayor parte de los casos se desarrolla dentro del país, de las zonas rurales a las urbanas, con fines de prostitución.
En términos de datos, las estadísticas de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas del Ministerio de Justicia revelaron que desde la sanción en agosto de 2008 de la ley 26364 contra la trata de personas fueron liberadas 2774 víctimas. Además entre enero y diciembre de 2011 se rescataron 1597 víctimas, mientras que en todo 2010 esa cifra fue de 569.
"De 2010 a 2011 hubo un 80% más de denuncias porque se pusieron muchos números telefónicos de denuncias anónimas, como el 911, el 0800 del Inadi y otro del Ministerio de Trabajo, lo que hace que aumente el número de bocas de denuncia. Pero lo cierto es que la gran mayoría de las víctimas no denuncia. Los que se acercan a las ONG son los familiares de las víctimas desaparecidas", explica Mercedes Assorati, responsable del Programa Esclavitud Cero de la Fundación El Otro.
¿Cuál es el perfil de la víctima? En un 98% son mujeres, suelen tener entre 18 y 25 años, con bajos niveles de escolarización, pertenecientes a grupos familiares numerosos o con necesidades básicas insatisfechas, donde la mayoría de sus integrantes se encuentran desocupados o realizan actividades primarias no calificadas por las que perciben ingresos extremadamente bajos.
"El perfil típico es una mujer joven, madre a cargo de sus hijos o de su familia, que se encuentra en pueblos rurales, sin posibilidades de acceder a un salario para mantener a su familia. Por eso no pueden rechazar una oferta laboral en Buenos Aires", agrega Assorati.
Viviana Caminos, coordinadora nacional de la Red Argentina Alto a la Trata, agrega a esta descripción que en general son chicas que sufrieron maltrato infantil, que no tienen contacto con sus familias o que provienen de familias "que tienen poca voluntad o recursos para reclamarle al Estado una vez que su familiar desaparece".
Este es el caso de María, una chica de Castelar de 19 años, que se encontraba en una situación de vulnerabilidad total: sin padres, sin trabajo, sin pareja y a cargo de un hijo de 2 años. Un reclutador la detectó una noche en un boliche bailable de la zona y luego la citó en una plaza en Ramos Mejía con el pretexto de que la quería conocer. "En cuanto la vio, el reclutador la golpeó y otros dos la metieron en un coche. María estuvo varios meses en un prostíbulo de Capital hasta que un día tuvo la suerte de encontrarse con un operador de calle que la ayudó a salir", cuenta Caminos, haciendo memoria de uno de los tantos casos que ayudan a resolver.
Dentro de la Argentina, las mujeres misioneras continúan siendo las más vulnerables, seguidas por las mujeres paraguayas y, en menor medida, las dominicanas. Por eso, mientras que Misiones fue identificada como el área principal de reclutamiento, las provincias de destino son Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Entre Ríos, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego. "El NEA es la principal zona de entrada y captación de las mujeres para trata sexual", sostienen desde la Red Infancia Robada, un colectivo de 500 personas surgido en 2008 que participa de foros sociales en 10 provincias del país.
Por eso no sorprende la realidad escondida detrás del local de comidas conocido como Buen Apetito, en Orán, Salta, en el que se realizó un allanamiento en febrero último. Allí, dos niñas de 12 años y otras cinco de 10, 13, 15, 16 y 17, además de un joven de 18, fueron rescatados por la División Trata de Personas de la policía, donde eran obligados a prostituirse en baños destinados a la atención de clientes especiales.
"Las víctimas eran captadas por esa mujer, que aprovechándose del hambre, la inmadurez, la vulnerabilidad y el estado de ánimo de estas personas les ofrecía trabajo y luego las iniciaba en la prostitución", explicaron fuentes policiales.
En el caso de las mujeres extranjeras, éstas son reclutadas en sus países de origen por reclutadores profesionales, por los propios regenteadores de los prostíbulos o por las mismas chicas que son llevadas obligadas por los tratantes a sus lugares de origen a incitar a otras a seguir sus pasos. "Las mujeres son todas pobres, vienen de lugares alejados y muchas son inmigrantes. Salen de su entorno habitual y van a otra ciudad que no conocen. Además de ser mujer, son pobres y extranjeras. Casi siempre la trata se asienta en estos tres puntos de vulnerabilidad", explica Marcelo Colombo, director de la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (Ufase), perteneciente al Ministerio Público Fiscal de la Nación.
Cuando hay una migración internacional de por medio, muchas veces el reclutador asiste en la financiación del viaje (generando una deuda antes de partir) y en la documentación, sometiendo a la víctima a saldar ese monto mediante su trabajo.
En Capital Federal se estima que existen 1300 prostíbulos que incluyen departamentos privados y locales fraudulentamente abiertos. "Las zonas de reclutamiento más vulnerables son Lugano, Soldati, Pompeya, Villa Riachuelo, Ciudad Oculta. Y no es porque los delincuentes sean pobres, sino porque van a bucear en la vulnerabilidad", sostiene Gustavo Vera, representante de La Alameda.
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"Hay tantas formas de reclutamiento como vulnerabilidades existen y el tratante siempre apunta al punto débil de la víctima: la plata, la familia, una enfermedad o una hipoteca sobre la casa", sostiene Mercedes Assorati, poniendo de manifiesto que las mujeres con más carencias (económicas, educativas o afectivas) son las más propensas a engrosar las filas de estas mafias.
En cuanto a los medios comisivos, el engaño continúa siendo la forma más común de reclutamiento de víctimas, aunque se siguen presentando también, en mucha menor medida, secuestros; ventas o entregas por parte de familiares; prostitución forzada de mujeres controladas por parejas o cónyuges; reclutamiento mediante la iniciación en las drogas de niñas, o castings por Internet para ser modelos, entre otros.
Según un estudio de la Ufase, el 49% de las víctimas fue reclutado mediante una promesa laboral falsa, el 43% privado de su libertad, el 4% entregado por un familiar y el 3% engañado.
Cuando se trata de un engaño laboral, lo más común es que a las chicas les ofrezcan trabajo como empleadas domésticas, cocineras, mozas, cuidadoras de niños, bailarinas y modelos, como anzuelo para alejarlas de sus lugares de origen. Luego viene una etapa de ablandamiento en la cual las maltratan, las amenazan, las someten a violaciones e incluso las hacen adictas a las drogas hasta conseguir quebrarlas. "El reclutamiento en general viene seguido de un traslado con la intención de aislar a la víctima de sus redes de contención social. Puede ser del interior a otra provincia, o de una chica de la villa 31 a un prostíbulo VIP en Recoleta", dice Caminos.
Así le sucedió a Roxana, de Puerto Iguazú, que tenía a su mamá con cáncer y otros 5 hermanos que mantener. El padre las había abandonado y ella y sus hermanas tuvieron que empezar a trabajar a los 14 años en casas de familia. "Mientras su madre fue a visitar a su padre para pedirle plata, Roxana vio por la calle unos carteles que ofrecían trabajo para empleada doméstica en Buenos Aires y se puso en contacto antes de que volviese su madre. La chica desapareció y recién 6 años más tarde la ubicaron en Mar del Plata. Roxana le dijo a su madre que ya no iba a volver, que ése era ahora su mundo y que tenía un bebe de su tratante", cuenta Caminos.
La trata de personas es un proceso que incluye diversas acciones: el reclutamiento o secuestro, el traslado, la recepción y alojamiento de la víctima en el lugar de destino, y su explotación en un contexto de amenazas, engaño, coacción y violencia.
En cuanto a la relación que existe entre el reclutador y la víctima, en la gran mayoría de los casos se trata de un familiar o un conocido. Según la Ufase, en el 47% de los casos la figura corresponde a la pareja, en el 11% era conocido de antes, en el 8% era un familiar y en el 4% es un amigo o vecino. Sólo en el 27% de las ocasiones, el reclutador es conocido recién en el momento del engaño.
"También existe el secuestro y el reclutamiento por drogas. De hecho se han dado muchos secuestros en la provincia de Buenos Aires, y se reciben muchas denuncias de chicas sobre seguimientos de autos a la salida del colegio o la Universidad, que les sacan fotos y algunas después desaparecen", afirma Colombo, dejando entrever que este tipo de búsqueda se realiza en chicas de un estrato socioeconómico mayor, intentando conseguir un perfil más refinado.
Otra de las modalidades de reclutamiento consiste en familiares que muchas veces acceden a enviar a sus hijas a trabajar a otras provincias sin saber que las están entregando a las redes de trata, y otros en el que son cómplices.
Jessica nunca conoció a su padre y su mamá la dio en adopción siendo recién nacida porque no podía hacerse cargo de ella. Así fue como se fue a vivir con su tía y su nueva pareja a una casa en Quilmes, sin saber que allí funcionaba un prostíbulo.
"A los 3 años mi tío me empezó a manosear y a los 7, a prostituir. Durante el día traían a otras chicas para que trabajaran. Recién a los 23 me pude ir", cuenta Jessica, que recibió la ayuda de un cliente para escaparse, con el cual hoy está en pareja y tienen un bebe de 4 meses.
Durante el día Jessica salía muy poco, casi no iba al colegio e incluso había momentos en que la ataban y la drogaban para que cumpliera con sus tareas sin resistencia. "Yo por suerte pude salir y no volví nunca más para nada, pero el lugar sigue funcionando y hay otras chicas que siguen pasando por lo que yo pasé", dice Jessica desesperada, al otro lado del teléfono.
Quizá la estrategia menos frecuente -pero que en algún punto toca todos los niveles sociales- es la relacionada con las redes sociales como método de captación. Los reclutadores se hacen pasar por chicos de su edad con los que inician una relación hasta poder generar un encuentro que lleve al secuestro. "Tuvimos el caso de una chica de 15 años que se puso de novia con un chico por medio de Facebook. Un día salió de su casa supuestamente para ir a hacer los deberes a la casa de una amiga y nunca volvió. Por suerte le había dicho a una hermana que tenía un novio de Internet, rastrearon el IP de la computadora y eso los llevó a la villa 21-24 de Barracas. Por los datos que les dieron encontraron a la chica en Ciudad Oculta y la rescataron. Se ve que estaba en una etapa de ablandamiento antes de llevarla a un prostíbulo porque estaba bajo los efectos de alguna droga", cuentan desde la Red Infancia Robada.
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Los especialistas señalan que como las víctimas pasaron sus infancias bajo diferentes tipos de sometimientos, es habitual que no tengan conciencia de que están siendo explotadas. "Si vos les preguntás, ellas te dicen que están ahí voluntariamente. Esa víctima cree que no puede escapar de esa situación porque se siente vulnerable", dice Assorati.
Además, la gran mayoría de las víctimas son obligadas no sólo a vender drogas, sino también a consumirlas. De esta forma, la adicción es utilizada como método para mantenerlas en el sometimiento y para que resistan las eternas horas de explotación que padecen sus cuerpos.
Sin embargo, algunas consiguen escaparse porque algún cliente se enamora de ellas; porque aprovechan situaciones de descuido de sus captores; porque roban celulares de clientes y mandan mensajes a un familiar; porque algunos clientes denuncian al enterarse que están contra su voluntad, o porque se ponen viejas o se enferman, ya que están muy expuestas a contraer VIH, sífilis o gonorrea. "La gran mayoría consigue salir por allanamientos ordenados por la Justicia, aunque muchos fracasan porque hay protección policial y les avisan antes de que ocurran. Por eso pedimos que los allanamientos los haga Gendarmería o Prefectura, o en las provincias la Policía Federal", cuenta Assorati.
Meros extractos de un cruel entramado que no muestra intenciones de ser desenredado, estos relatos sacan a la luz una realidad que pide a gritos el compromiso de toda la sociedad -y en especial, de las autoridades- para que todas las niñas, adolescentes y mujeres del país puedan, simplemente, recuperar su libertad.
PUNTOS CONFLICTIVOS
- Aún son muy pocas las sentencias en el país, en comparación con el número de víctimas y de procesados
- Los procesados y condenados siguen siendo los responsables menores de las redes de trata
- Falta una adecuada articulación entre los organismos del Estado para que las respuestas sean rápidas, eficaces y sostenidas en el tiempo
- No existe transparencia en la información referida al tema
- Las víctimas suelen regresar a sus lugares de origen sin asistencia posterior
DONDE DENUNCIAR
CIUDAD DE BUENOS AIRES
-137 (Brigada Móvil de Atención a Víctimas de Violencia Familiar)
-0800-666-8537 (línea gratuita para Mujeres Víctimas de Violencia Doméstica y Delitos Sexuales de la Dirección Gral. de la Mujer)
RESTO DEL PAIS
-911
-0800-222-1717 de la Brigada Niños Contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas Adolescentes del Ministerio de Justicia de la Nación
-En la comisaría o fiscalía más cercana
PARA SABER MAS
La Alameda:
http://laalameda.wordpress.com/ Red Infancia Robada:
http://www.infanciarobada.org.ar Fundación El Otro:
http://www.elotro.org.ar Red Argentina Alto a la Trata:
http://www.ratt.org.ar Ufase: (011) 4331-2158 / 4331-2223
MISIONES
Es la provincia que tiene mayor cantidad de casos de reclutamiento y explotación
74% DE LAS VICTIMAS
Es explotado en una whiskería, pub o pool
LEY 26364
Es la que se sancionó en 2008 para prevenir y sancionar la trata.
Fuente: La Nación