Se acerca la Semana Santa y con ella la oportunidad de disfrutar de unos días de descanso. Viajar se convierte en una de las opciones más escogidas para desconectar de la rutina diaria. Es importante organizar todos los detalles de nuestras vacaciones, ya sea las maletas, los billetes de avión, el alojamiento, la documentación si viajamos al extranjero, pero también hay que prestar la debida atención a un elemento fundamental que debe acompañarnos siempre: el botiquín de viaje.

Antes de comenzar a preparar el botiquín de viaje, hay que tener en cuenta una serie de consejos previos. Deberemos tomarnos nuestro tiempo para repasar que llevamos todos los medicamentos y productos sanitarios necesarios. Hay que comprobar también la caducidad de todas las medicinas, así como conservar el prospecto.

Para saber el contenido que deberemos incluir, hay que acudir al médico, o en su defecto a nuestro farmacéutico de confianza. Hay que tener en cuenta también el número de días que vamos a estar fuera para incluir suficientes medicinas, y el destino del viaje.

El botiquín hay que guardarlo en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños y en lugares que estén protegidos del calor, la luz y la humedad.

Antisépticos: para prevenir de infecciones. Algunos de ellos pueden ser el alcohol al 70%, la yodopovidona, Bactroderm, Isodine, Prepodyne, solución salina normal, jabón, etc…

Material de curación: gasas, comprensas, vendas y algodón para limpiar y tapar heridas o quemaduras.

Analgésicos: aspirinas, el paracetamol o ibuprofeno para dolores leves o moderados y para combatir la fiebre.

Antiinflamatorios: Para dolores musculares o contusiones. Pueden ser en formato de gel o en comprimidos.

Antibióticos: Por si se presenta o se sospecha de algún proceso infeccioso. Hay que tener en cuenta que, si es posible, hay que acudir al médico siempre en nuestro destino, que es la persona indicada para valorar la necesidad de tomarlos.

Antihistamínicos: Para evitar cualquier tipo de alergia ya se por picadura de mosquito, de tipo alimentaria o nasal.

Vitaminas: En muchas ocasiones en los viajes llevamos una mala alimentación. También las altas temperaturas de algunos destinos provocan un descenso de las defensas del organismo. Por eso, puede ser de gran ayuda incluir algún tipo de complejo vitamínico.

Otros elementos como colirio para evitar irritaciones en los ojos por el sol, viento; cremas contra las quemaduras; protección solar y labial; algún tipo de medicamento antimareo.