Rusia, siguiendo el ejemplo de otros países, creó un robot-cosmonauta capaz de funcionar en la órbita. El aparato SAR-400 es el primer humanoide espacial ruso en los últimos 20 años.

En noviembre del año pasado el robot fue probado en el Centro Gagarin de entrenamiento de cosmonautas y en los próximos dos años será enviado a la Estación Espacial Internacional (EEI) y luego probablemente a la Luna, a Marte y a otros planetas.

El SAR-400 repite exactamente los movimientos de su operador y puede realizar de una manera autónoma algunos trabajos mecánicos, como ajustar tornillos, jugar al ajedrez y examinar el revestimiento de la nave espacial buscando grietas. Los cosmonautas creen que el robot será muy útil en la EEI, a pesar de que no podrá sustituir al hombre.

Según los desarrolladores del aparato, este se diferencia de sus análogos occidentales por su habilidad de pasar al operador humano no solo la imagen y el sonido, sino todo el espectro de sensaciones incluidas las de tacto. Para esto se usa una tecnología especial que transmite la presión de una superficie al guante del operador humano y así este la puede palpar.

Sin embargo, los especialistas admiten que la máquina no es perfecta, cumple sus tareas con algunos defectos. Además, aparatos similares en EE. UU., Japón, Canadá y Alemania son más avanzados.