Científicos españoles descubren microorganismos vivos a dos metros bajo tierra en el desierto de Atacama, uno de los lugares más inhóspitos y áridos de la Tierra.
Un grupo de Investigadores españoles del Centro de Astrobiología (CAB) y de la Universidad Católica del Norte de Chile acaban de anunciar el hallazgo de un "oasis" de microorganismos, viviendo a dos metros bajo tierra en el desierto de Atacama, en Chile, uno de los lugares más inhóspitos y áridos de la Tierra. El descubrimiento, que prueba que la vida puede proesperar incluso en condiciones de sequedad extrema, servirá para crear nuevos protocolos de búsqueda de organismos vivientes fuera de la Tierra.
Lo hemos denominado oasis microbiano - afirma Victor Parro, el investigador del CAB que ha coordinado el estudio- porque encontramos microorganismos desarrollándose en un hábitat rico en halita (sal común) y otros compuestos (anhidrita y perclorato) altamente higroscópicos, es decir, que atrapan agua.
En el desierto de Atacama, en Chile, la lluvia se produce con cuentagotas. De hecho, en algunas de sus zonas llevan más de 400 años sin registrar una sola precipitación. Por eso resulta tan sorprendente que, incluso en este ambiente infernal, pueda existir un sustrato salino y subterráneo capaz de atraaer hasta la más mínima humedad del entorno. Lo suficiente, además, para que allí prospere la vida microbiana.
Utilizando un instrumento desarrollado por el CAB y llamado SOLID (del inglés Signs of Life Detection), los investigadores han sido capaces de identificar la presencia de microorganismos viviendo en finísimas láminas de agua atrapada por las sustancias del subsuelo. De hecho, los sustratros en los que habitan estas resistentes criaturas son capaces de capturar la más que escasa humedad del aire y concentrarla alrededor de los cristales de sal, formando unas finísimas capas de agua de apenas unas micras de espesor.
Allí, sin oxígeno ni luz solar, a dos metros bajo el árido desierto, es donde se han encontrado estos microorganismos. Incluso cuando los investigadores buscaron a mayor profundidad (unos cinco metros) hallaron colonias de microorganismos vivos junto a otras que permanecían en suspensión y que lograron devolver a la vida en laboratorio tras proporcionarles un poco de agua.
Por supuesto, las implicaciones que el hallazgo tiene para la búsqueda de vida (presente o pasada) en lugares como Marte resulta evidente. En varias regiones del Planeta Rojo se han localizado depósitos salinos, y la sal puede ayudar a que el agua permanezca en estado líquido durante largos periodos de tiempo.
Pueden ser detectados
Si hay microbios parecidos en Marte, o sus restos permanecen en condiciones similares a las que hemos encontrado en Atacama, podríamos detectarlos con instrumentos como SOLID, asegura Parro.
"La elevada concentración de sal -continúa el investigador español- tiene un doble efecto: por un lado absorbe el agua que pueda haber entre los cristales; y por otro baja la temperatura de congelación, de modo que podemos encontrar finas láminas de agua (en salmuera) a temperaturas de muchos grados bajo cero, incluso a menos 20 grados".
Una temperatura que es muy similar a la que reina en muchas regiones de Marte, en depósitos salinos subterráneos, donde la vida podría desarrollarse y protejerse de los mortales efectos de los rayos ultravioletas del Sol.