Joan Lee, de la Universidad de Calgary (EE UU), ha llevado a cabo un estudio que revela que las personas que envían más mensajes de texto son también las más reticentes a aceptar nuevas palabras.
Sin embargo, sus experimentos muestran quienes consumen más información en medios tradicionales como libros, revistas y periódicos aceptan mejor las palabras nuevas e incluso son capaces de entender mejor su significado.
Pensamos que los mensajes de texto fomentan un lenguaje menos restringido pero es un mito, sostiene.
Según Lee, los medios impresos tradicionales exponen a las personas a una variedad y creatividad en el lenguaje que no existen en el intercambio de mensajes coloquiales entre dos personas. Y esto afecta, sobre todo, a los jóvenes miembros de la apodada como
generación de los mensajes de texto.