RIO DE JANEIRO.- En un esfuerzo por mejorar las relaciones de Gran Bretaña con América latina, el canciller británico, William Hague, anunció ayer que el príncipe Enrique, tercero en la línea de sucesión de la corona, realizará una visita a Brasil en marzo próximo.
"El retiro británico de América latina llegó a su fin. Comenzamos a realizar el esfuerzo más ambicioso de Gran Bretaña en los últimos 200 años para fortalecer los lazos con América latina", afirmó Hague, al terminar en Río de Janeiro un viaje oficial de dos días que lo llevó a primero a Brasilia, donde no pudo evitar tocar el tema de las islas Malvinas, en momentos en que recrudecieron los roces verbales entre Gran Bretaña y la Argentina por la disputa de soberanía.
Allí, ante una pregunta durante una conferencia de prensa en el Palacio de Itamaraty, Hague tuvo que soportar como el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Antonio Patriota, reiteró el apoyo de Brasil a los reclamos argentinos sobre el archipiélago y reafirmó la voluntad del gobierno de Dilma Rousseff de prohibir el uso de puertos brasileños a barcos con banderas de las islas, como se comprometieron todos los países del Mercosur.
"Sí, hay visiones diferentes entre Gran Bretaña y las naciones sudamericanas sobre la soberanía de las islas Malvinas, pero no creo que exista un deseo en América del Sur en general de imponer un bloqueo económico", apuntó en Río el canciller al diario británico The Guardian.
Y aclaró que no hay ningún impedimento legal para que los buques registrados en las Malvinas naveguen con la bandera británica en vez de la de las islas. Esta sería una forma muy simple de sortear la prohibición establecida por el bloque regional.
"Está claro que los barcos que enarbolen la bandera británica deben tener acceso a los puertos de América del Sur, como sucede en cualquier otra parte del mundo", subrayó Hague.
"La Argentina ha intentado de algunas maneras aumentar la tensión sobre el asunto, pero eso no será nunca productivo; sólo dejará la región más tensa. De ninguna forma cambia nuestra política ni llevará a un cambio de política. Nuestra política se basa en la autodeterminación de los habitantes de las Malvinas", añadió.
Como parte de las iniciativas para estrechar los vínculos con América latina, Hague citó la reapertura de una embajada británica en El Salvador, y la inauguración de un consulado más en Brasil, en la ciudad de Recife. Y destacó que Londres tiene como objetivo duplicar el comercio con Brasil, México y Colombia de aquí a 2015.
Sobre la próxima visita del príncipe Enrique, hijo menor del príncipe Carlos y la fallecida princesa Diana, el canciller sólo reveló que ocurrirá entre los días 9 y 11 de marzo y visitará Río y San Pablo como parte de la campaña celebratoria del Jubileo de Diamantes, el 60º aniversario de la coronación de la reina Isabel II, y de los Juegos Olímpicos que tendrán lugar en Londres a mediados de este año.
HOJA DE RUTA
En Río se espera que el heredero, de 27 años, participe de un evento en el emblemático Pan de Azúcar. El joven miembro de la realeza llegará proveniente del Caribe, donde visitará las ex colonias de Belice, Bahamas y Jamaica.
Su viaje coincidirá con los últimos días de adiestramiento militar que su hermano mayor, el príncipe Guillermo, estará realizando en las islas Malvinas, adonde, según lo anunciado por las autoridades británicas el año pasado, debería llegar en febrero, para una estada de seis semanas, cuando se cumplen 30 años de la guerra entre Gran Bretaña y la Argentina por el archipiélago.
El soltero príncipe Enrique, quien estuvo brevemente destinado en Afganistán cuatro años atrás realizando un entrenamiento como piloto de helicóptero de ataque, es conocido por su inclinación a las fiestas, en las que siempre se lo ve rodeado de bellas mujeres. Aunque su visita oficial terminará el 11 de marzo, se quedará disfrutando de Brasil por su cuenta hasta el 14.
Fuente: La Nación