Los astrónomos han conseguido detallar la distribución de la materia oscura en una vasta región de mil millones de años luz.
Imagen principal: Imagen de la materia oscura en el Universo.
No podemos verla, ni tocarla, ni interactuar con ella de forma alguna, pero sabemos que está ahí por los efectos que tiene sobre las cosas que sí podemos ver. La materia oscura da cuenta de un 23% de la masa del Universo, mientras que la materia ordinaria, de la que están hechas las galaxias, las estrellas, los planetas y nosotros mismos, apenas si supone un 4% del total. Ahora, y por primera vez, los astrónomos han conseguido elaborar un mapa detallado de la distribución de la materia oscura en una vasta región de mil millones de años luz.
El mapa, realizado por un equipo internacional de astrónomos liderado por Catherine Heymans, de la Universidad de Edimburgo, y Ludovic Van Waerbeke, de la Universidad de British Columbia, muestra cómo la materia oscura se concentra en grandes masas y largos filamentos, con enormes regiones vacías entre ellos. La materia oscura no emite luz (de ahí su nombre), pero ejerce una poderosa fuerza gravitatoria que afecta a los objetos de materia ordinaria que hay alrededor. Se supone que está formada por alguna clase de partículas desconocidas y, como se ha dicho, es mucho más abundante que la materia ordinaria que forma las estrellas y las galaxias.
"Sabemos muy poco sobre el Universo oscuro -afirma Catherine Heymans- No sabemos cómo ni lo que es una partícula de materia oscura. Y es muy duro pensar que la comprensión final del universo oscuro depende de la invocación de algún tipo de nueva física".
Realizar un mapa de algo que no se puede ver puede parecer una tarea imposible, pero en realidad no resulta demasiado complicado. Si un hipotético hombre invisible se acostara en nuestra cama, dejaría arrugas en las sábanas. Es decir, que sabríamos de su presencia aunque no pudiéramos verle directamente. De la misma forma, la materia oscura causa pequeñas distorsiones en las formas de las galaxias del fondo cósmico, algo parecido a lo que haría una lente que deforma lo que vemos detrás de ella.
En otras palabras, los investigadores midieron un efecto llamado "
lente gravitacional", que sucede cuando la gravedad de un cuerpo muy masivo dobla el espacio-tiempo, haciendo que la luz que viaja a través de esa zona se curve y parezca distorsionada cuando llega a la Tierra.
"Resulta fascinante ser capaces de 'ver' la materia oscura usando una distorsión espacio temporal -afirma Van Werbeke-. Un efecto que nos proporciona un acceso privilegiado a esta misteriosa parte de la masa del Universo que no puede ser observada de otra forma. Conocer cómo se distribuye la materia oscura es un primer paso hacia la comprensión de su naturaleza y de cómo ésta encaja con nuestros actuales conocimientos de Física".
Una red de filamentos
Utilizando esta técnica, los investigadores descubrieron la presencia de la materia oscura y calcularon su distribución en una vasta región de más de mil millones de años luz. Los resultados fueron presentados ayer por Heymans y Van Werbeke en la 219 Conferencia de la Sociedad Astronómica Americana que se celebra estos días en Austin, Texas.
Y se parecen bastante a las simulaciones realizadas con superordenadores sobre la evolución del Universo. La materia oscura se concentra en grandes masas y largos filamentos que forman una tupida red. Los nudos de esa red, donde se concentra la mayor cantidad de materia oscura, coinciden a la perfección con los grandes cúmulos de galaxias.
Utilizando una de las cámaras del telescopio franco canadiense de Hawaii (CFHT), los investigadores invirtieron cinco largos años para obtener imágenes de diez millones de galaxias, todas ellas a una distancia de unos 6.000 millones de años luz. Sus distorsiones revelaron cómo se distribuye la materia oscura que hace de "
lente". El resultado es un mapa cien veces más grande que el mayor del que se disponía hasta ahora.